Les dejo un diálogo del Carlista con su suegro (robado de Wanderer) que me hizo reír un rato largo. Buena descripción de los chicos posmodernos. En lo personal corregiría el tema de la intuición-razón, pienso que es al revés, pero es una anécdota, el diálogo además de sabio es hilarante…
Ayer nomás, conversaba con mi suegro, -un irlandés que tiene tres ideas, pero esas tres bien claritas, (como todo irlandés)-en medio del cumpleaños de un niño que cumplía 5 añitos:
– Estos nenes son unos boludos –espetó-.
– Sí, pero son el resultado de padres más boludos, padres computarizados –le contesté-.
– A ninguno le sangran las rodillas y apuesto a que no saben hacer una hondera.
– No saben ni sobre eso, ni de nada, pero la gente asegura que “ahora los niños vienen avivados, hablan de sexo y no les podrías ganar con los juegos de la computadora”.
– ¿Entonces? Eso importa un carajo.
– Lo que sucede es que a pesar de lo antipedagógico ya no se les da un tortazo cada tanto, ni se preocupan por que desarrollen la inteligencia. Lo que desarrollan es la razón. Con los jueguitos te pegarían un paseo bárbaro, pero carecen de intuiciones e imaginación, carecen de inteligencia.
– ¿De fábrica?
– No. El bocho es un músculo a ejercitar despertando en el niño la curiosidad ante la naturaleza, y eso ya no se hace.
– Ahhh…
– Y ni te digo cómo salen. Yo cada tanto los tomo en el estudio, a eso de los veintipocos. No sirven para nada la mayoría de las veces. Ahora, que tienen que usar la computadora pero no para jueguitos tienen el problema que no saben escribir, y si saben les falta chispa. Llegan 5 minutos tarde al tercer día sin sentir terror y cosas por el estilo. Es para matarlos.
– Mirá cómo se aburren.
– Sí, se aburren porque ya no inventan sus juegos y tienen que soportar, junto con nosotros, a esa imbécil que les anima la fiestita por 700 mangos.
– Servime otro whisky y prometeme algo.
– ¿Qué?
– Que nunca vas a dejar de darle tortazos a mis nietos.
– Dalo por hecho. ¿Este con hielo?
– No me ofendas.
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.
Lo había leído y a mi también me causó gracia, dentro del desolador panorama que se plantea…
Concuerdo en muchas cosas del diálogo, lo constato y lo padezco dentro de una cierta escala en lo cotidiano… como profe por supus! Ahora vos te encontrás con los padres y es para darles con un durmiente por la nuca… sin ir más lejos el año pasado tuve problemas con unos padres que se quejaban por el «nivel alto» de mis clases y por la abundancia de material y trabajo… algo totalmente relativo y no del todo cierto. La realidad era que sus niños no querían hacer nada, un desastre en la comprensión, en la escritura… cosas que ya todo sabemos… y uno los apura un poquito y te saltan los padres, los directivos, los psicopedagogos, etc… cual es resultado: se terminan formando flancitos, o gelatinas mal cuajadas… al primer cimbronazo se viene todo a pedazos… cero esfuerzo, cero resitencia, cero compromiso…
Del post yo apunto a algo que, dentro de mis observaciones caseras, considero importante: los niños han perdido la capacidad de jugar y eso es algo muy serio… muchos ya no corren, no trepan un árbol, no juegan al futbol… todo lo han reemplazado por el sedentarismo de la compu o la play… yo no puedo entender cómo pueden disfrutar más de un partido de fútbol en la play que ir jugar a la cancha o al baldío etc…
A pesar de la mezcla de temas, y que lo que viene a cuento del post está entremezclado, el video no tiene desperdicio. Recomiendo diccionario chileno-argentino para aquellos que no tengan práctica en el español transandino.
http://www.youtube.com/watch?v=5rHq6Mffq4I&feature=player_embedded
Muy bueno Milkus… concuerdo: no tiene desperdicio!
Varias cosas me quedaron «picando» en la cabeza: el tema del miedo, tomar contacto con la fragilidad, etc… por momentos me vino a la mente lo de la letra de La Argentinidad al Palo de la Bersuit: «del éxtasis a la agonía»
La incorporación masiva de la tecnología en nuestras vidas, donde las «fronteras de lo imposible» están cada día más lejanas, ¿será un poco la responsable de esta humanidad cadente?
http://www.youtube.com/watch?v=VghxEYPUOn4
Esta peli Wall-e (es el tailer) de pixar plantea un poco los estragos tecnológicos y luego una especie de refundación de una humanidad reconciliada con la tecnología…