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Cada tres mujeres que lo sufre, un hombre lo padece. Según los especialistas, el abuso sexual es uno de los motivos que explica esta diferencia. La autoagresión se cuentan entre los síntomas. Cómo reconocerlo.
El trastorno borderline o límite de personalidad (TBP o TLP) es un trastorno de inestabilidad emocional que se caracteriza por la presencia de patrones de percepción, reacción y relación relativamente fijos, inflexibles y, en muchos casos, socialmente desadaptados.
“Aunque la gente tiende a responder siempre más o menos del mismo modo a una situación difícil, la mayoría intenta otros caminos si la primera respuesta es ineficaz. En contraste, las personas con trastornos de la personalidad son tan rígidas que no pueden cambiar para adaptarse a realidades distintas, lo que debilita su capacidad operacional”, explicó la doctora Estefanía Lafogannis, miembro de Asistencia, Docencia e Investigación en Neurocencia (Adineu) y especialista en la materia, según publica el sitio INFOBAE.
“Estos patrones desadaptados de pensamiento y comportamiento se hacen evidentes al principio de la edad adulta o un poco antes”, se explayó.
Se trata de una patología que padece el 2% de la población, con predominio en las mujeres, con una relación de 3 a 1, y según la especialista, entre las razones por las que hay más diagnósticos femeninos se encuentran el abuso sexual, el hecho de que las mujeres experimentan más mensajes inconsistentes e invalidantes, que son socializadas para ser más dependientes y también que, debido al estigma social, los hombres buscan menos ayuda psiquiátrica, lo que se traduce en menos chances de diagnosticarlos.
“Los hombres son tratados por adicciones y violencia y los síntomas borderline pasan inadvertidos porque se supone que el TLP es cosa de mujeres. En definitiva, mientras que las mujeres TLP acaban en el sistema de salud, los hombres acaban en la cárcel”, explicó Lafogannis.
Características para reconocerlo
Por lo general, las personas con trastornos de la personalidad no son conscientes de que su comportamiento o sus patrones de pensamiento son inapropiados. Por el contrario, a menudo creen que ellos tienen un funcionamiento normal y correcto. “Cuando los pacientes con trastornos de la personalidad buscan ayuda por sí mismos, tienden a creer que sus problemas están causados por otras personas o por una situación particularmente dificultosa”, detalló.
Entre las características de la personalidad límite podemos mencionar:
– Inestabilidad en la percepción de su propia imagen.
– Inestabilidad en su humor, comportamiento y en sus relaciones interpersonales (que a menudo son tormentosas e intensas).
– Estas personas se consideran a menudo privadas de los cuidados necesarios durante la niñez, por lo que se sienten vacías, furiosas y merecedoras de estos cuidados.
– Muestran cólera inapropiada e intensa, acompañada por cambios extremos en su visión del mundo, de sí mismas y de otras.
– A veces pierden de tal modo el contacto con la realidad que tienen episodios breves de pensamiento psicótico, paranoia y alucinaciones.
Origen
La posible separación o pérdida parental (abandono en la niñez o adolescencia); un una implicación parental alterada (vida familiar disociada, comunicación deficiente en la familia); y/o el abuso físico, psicológico o sexual durante la infancia se encuentran entre las causas de tipo psicosociales.
En tanto, entre los factores genéticos que determinan el trastorno borderline, se pueden mencionar los antecedentes familiares psiquiátricos, expresados a través de disfunciones neurobiológicas y/o bioquímicas.
El TLP se puede manifestar antes de los 25 años, pero los años de mayor virulencia son entre los 18 y los 35. “No hay datos precisos de cuántos adolescentes tienen síntomas del trastorno en nuestro país, lo cual es grave y preocupante siendo una patología que tiene inicio en esa etapa de la vida y que, si es identificada y tratada a tiempo mejora considerablemente su pronóstico”, explica la especialista.
Y finalizó: “Los chicos dan señales claras, se emborrachan, se lastiman (cortes autoinfligidos, quemaduras, excesos de piercings y tatuajes, trastornos de alimentación, etc.)”.
Este trastorno de inestabilidad emocional, entre otros, será abordado por la doctora Mary Zanarini, directora del programa que estudia esta patología en el McLean Hospital de Belmont, Massachussetts y autora de la escala más utilizada en todo el mundo para trabajar con pacientes con este diagnóstico, el próximo 16 de marzo en Buenos Aires, en la II Jornada Internacional de Neurociencias Adineu: Cómo regulamos las emociones. De la Psicopatología a la Neurociencia.
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.