Beck Laxton y Kieran Cooper habían presentado a Sassha ante sus conocidos como «el infante». Al momento de inscribirlo en la escuela, sus progenitores tuvieron que revelar la verdad oculta desde el nacimiento
En sus primeros años de vida, Sasha usó alternativamente vestimenta de niño y de niña, lo que dejaba dudas a los familiares. Utilizó con juguetes «sin género», en una casa privada de televisión.
Sus padres, Beck Laxton y Kieran Cooper -una pareja de Sawston, en Cambridshire, Reino Unido-, decidieron revelar el sexo de su hijo solo cuando se vieron obligados a enviarlo a la escuela.
«Quería evitar todo estereotipo», explicó Beck, la madre, una periodista digital. Igual que su compañero, no quiso conocer el sexo del bebé apenas nació. Lo supo recién media hora después del parto: había tenido un varón.
El de Sasha no es el único en el mundo. En mayo pasado, una pareja canadiense, Kathy Witterick y David Stocker, decidieron que su bebé, al que llamaron «Storm» (Tormenta), crecería «sin sexo».
«El sexo de un niño no debería determinar su puesto en el mundo», declararon al periódico británico Times.
Cuando nació, enviaron una carta a sus allegados diciendo que en «homenaje a la libertad de elección contra toda limitación» no harían el anuncio acerca del sexo del niño nacido.
«Es una toma de posición a favor del mundo que Storm puede encontrar en la vida: un lugar más progresista», declaró su padre.
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.
la última frase citada es de terrorífica, para arriba
Totalmente, sabés que en todas las redes sociales la palabra que se repiten cuando conocen el caso es «enfermos»
a veces pienso que como argumento para una novela con tintes de ciencia ficción, como las ha habido, puede llegar a ser interesante… pero llevarlo a la realidad… ya es otro tema…
La vieja tentación de la indiferenciación, muy de la Ilustracion. Un rey de Prusia hizo criar varios niños sin enseñarle el idioma, a ver qué idioma «salía».
Sí, traté específicamente ese tema en un post viejo, http://psiqueyeros.wordpress.com/2010/05/10/felicidad-e-identidad-federico-ii-hohenstaufen-el-marasmo-y-nuestra-radical-indigencia-de-amor/ , paradójicamente Federico II descubrió el marasmo con su intento y al mismo tiempo, de un modo negativo, el amor como primer fundante de la estructura dinámica de nuestra identidad.