Curiosamente escuché que un importante periodista inglés, del The Guardian, lo comparó a Nestor con Franklin Delano Roosevelt, nosotros también, por medio de la pluma de Castellani…
Murió don Franklin Delano
todo acaba todo muere.
Murió don Franklin Delano.
Miserere.
Murió uno de los Tres Grandes.
Nadie es grande sino Dios.
Murió uno de los tres grandes.
Quedan dos.
Murió sin ver la
Victoria
sin ver el fin de la guerra.
Su conquista más notoria
son siete palmos de tierra.
Murió cuando no pensaba.
Se acabó en un brusco hipo,
con todo lo que esperaba.
Pobre tipo.
Se acabó la
Casa Blanca
el caviar, la vita
bona;
lo hundió de un golpe de tranca
la Pelona.
Murió temprano Delano
nadie muere cuando quiere.
Murió el Panamericano.
Miserere.
Ya no ganará elecciones,
ya no será reelegido.
Su alma llena de pasiones
¿dónde ha ido?
Feneció como en la tierra
fenece la frágil flor,
sin ver el fin de la Guerra
ni el Mundo Nuevo y Mejor.
Quería salvar el mundo
la Cultura Occidental
y la Argentina. Recemos
por los que nos hacen mal.
¿Qué se han hecho los extremos
adónde quiso subir?
Todo se acabó. Recemos.
Todos hemos de morir.
Pasó su nombre a la gloria
su alma al «Ente Universal»,
dice Crítica. La Historia
le dedicará un fanal.
Le dedicará un fanal
la Historia ni que decir.
Si el pobre ha acabado mal
de mucho le va a servir.
Su estampa a cuatro columnas
que ha publicado La prensa
lo consolará en su tumba
si está allá donde uno piensa.
Murió don Franklin Delano
nadie por eso se altere.
Acaba todo lo humano.
Miserere.
Morirán todos los otros.
Aprendan que todo es vano,
si hay alguno entre nosotros
medio aprendiz de tirano.
Ninguno exulte o se mofe,
ninguno se desespere.
Todos echarán el bofe.
Miserere.
Piensen todos en la Pálida
que a todos apunta y tira.
Vayan limpiando las ánimas
de mentira.
Querer pararla es en vano.
No esperen que los espere.
Morirán como Delano.
Miserere.
Miserere ei, Dómine, secundum magnam misericordiam tuam.
Et secundum multitúdinem
miserationum tuarum déle iniquitatem ejus…
(Traducción libre del Miserere en latín que se rezó en la Catedral de Buenos Aires
el 16 de abril de 1945, enviada por Sancho I desde su prisión de la Patagonia).
Leonardo Castellani
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.
Como siempre, Castellani, de puntería impecable.
Y que Dios nos pille confesados.
Miserere!!!!