Les dejo un interesante artículo sobre el origen etimológico de la palabra miedo. Sobre todo interesante el par miedo-temor, miedo es una palabra de origen puramente latino «metus», sin embargo temor viene del griego «déima». A modo de hipótesis tengo la sensación que el «me» de «metus» tiene que ver con el lexema «me» que aparece en todas las formas de ego que no sean al nominativo: me (acusativo, hablativo), mei (genitivo), mihi (dativo). Interesante y enorme variación lingüística de lexemas para el pronombre ego, con ego por un lado y toda la familia del lexema «me» por el otro. Una línea interesante de investigación sería la hipótesis de que el ego ocupando la función nominativa de alguna manera se pronuncia en primera persona, es un ego que no se ve a sí mismo, es un ego que se declama a sí mismo e intenta ordenar en torno a sí toda la realidad psíquica, por tanto equiparable a la noción psicológica del Yo. Por otro lado, el mismo pronombre, cuando asume funciones lingüísticas diferentes, que no lo ponen en el centro visual de la escena y lugar único desde donde se mira el mundo, sino que entra en relación con el mundo de un modo determinado adopta otro lexema, el «me». Cuando algo le sucede al ego de modo que registra la actividad del mundo sobre sí mismo, digo que «me» sucede, al acusativo. Lo mismo pasa con las otras declinaciones que nos dan posiciones relativas y descentralizadas del ego. El ego se pone a sí mismo no como centro organizante del mundo sino como extremo originario y fundante de una relación dual. Es entonces equiparable a la noción de Self, en psicología.
Entonces siguiendo con esta línea de análisis el «metus» es algo que le pasa al Self, si es que el «me» de metus viene del lexema «me» del ego declinado. Es algo que tiene que ver con el Self, es el self amenazado.
Por otro lado «timor» tiende a convertirse en una palabra técnica, menos orginaria, menos visceral en su sentido. Como sucede con toda palabra adquirida de una lengua extranjera. Esta distinción solía hacer Hegel en su filosofía con términos de idéntico significado pero de diversa raíz: los de raíz germánica y los de raíz latina (lástima que no recuerde ahora ningún ejemplo). Hegel lo hacía siempre para poner el término de raíz germánica como el sentido auténtico de la palabra y el término de raíz latina como el inauténtico. Pero más allá de eso sería interesante investigar si se cumple la tesis enunciada más arriba. Por ahora es mera tesis. Bueno, basta de prólogos, ahí va el artículo de Mariano Arnal:
El sustantivo miedo no tiene verbo, así que cuando queremos formarlo con él, recurrimos a la circunlocución «tener miedo»; la forma culta del verbo es temer, y el correspondiente sustantivo, temor. Del latín metus hemos sacado nuestro miedo (por diptongación de la vocal tónica, como en segar: siego/segamos, y en dormir: duermo/dormimos), del que se forma el verbo metuo, metuere, que no ha sido capaz de asimilar nuestra lengua. En cuanto a los significados, hay que señalar que además de los que asignamos nosotros a este nombre, está el que podría ser su origen, el temor religioso, escasamente documentado:laurus… multos metu servata per annos, que decía Virgilio: «el laurel, durante muchos años preservado por el miedo (=por la religiosidad)». Otro significado que da que pensar es el de «entusiasmo poético», algo muy parecido al divino y misterioso enqousiasmoV enzusiasmós) de los griegos: ¡Evoe!, recenti mens trepidat metu, dice Horacio refiriéndose a la inspiración poética: «¡Evoé!, está estremecida aún mi mente por el reciente ‘miedo’ (la agitación del espíritu poseído por un dios)». De todos modos, un examen de las construcciones con el verbo metuo lleva a la impresión de que en muchas de sus situaciones el miedo es un mecanismo al que está sujeto el hombre para hacer lo que debe, sobre todo en las construcciones finales negativas: metuo ne, metuo ne non, metuo quin… incluso metuo ut: «temo no vaya a ser que, no vaya a ocurrir, temo para que no…»
De miedo hemos formado miedoso y de temor, temeroso, tímido y temible.
Está claro el carácter peyorativo de miedoso, plenamente sinónimo de cobarde, mientras en la línea culta tenemos términos que rezuman comprensión. El miedo se define como un sentimiento, estado afectivo o sensación que provoca una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o un mal que realmente amenaza, o incluso por males y riesgos sospechados o imaginados. El temor, en cambio, tiende a definirse como miedo moderado, recelo de un daño futuro. Desde el momento en que los teólogos respecto al temor de Dios distinguen entre temor filial y temor servil, es que estamos hablando de algo que aunque tiene mucho de común con el miedo, tiene zonas que funcionan de forma muy distinta de éste, que al fin y al cabo es un mecanismo de defensa inventado por la naturaleza para alejar a los animales del peligro cuando éste no puede ser superado. Volviendo a los aspectos léxicos, los etimólogos están de acuerdo en considerar el latín tímeo, timere (temer) como procedente de deima (déima) ydeimainw (deimáino) que significan igualmente miedo y tener miedo, y cuya evolución fonética a tímeo se explica fácilmente. Ambos están relacionados condeinoV (deinós), que significa terrible, espantoso, funesto.Obsérvese que el verbodeinazw (deinátzo) significa irritarse, indignarse, es decir que en este grupo de palabras el significado lo aporta el causante del miedo, es decir el sujeto agente del mismo. Es bastante llamativo que ni el timor latino ni el deima (déima) griego presenten los caracteres peculiares de temor religioso que presenta la palabrametus. Queda en pie que, como corresponde a todo sentimiento humano, sus clases y niveles son muy variados, tanto como lo son sus sinónimos (espanto, terror, angustia, pánico…, además de miedo y temor.)
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.
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Maravilloso me aclara bastante, sería bueno un segundo artículo que profundice aún mas
Hola. Buen articulo. Me gustaría saber la fuente de la información. Trato de profundizar en la procedencia de tímeo lo cual acá indica que es deima, pero no encuentro nada. No sé si aún estará activo este blog, pero te dejo la consulta.