¿Qué es el éxito?
A los 3 años, no hacerse encima.
A los 6 años, recordar que hiciste en el día.
A los 12 años, tener muchos amigos.
A los 18 años, tener registro de conductor.
A los 20 años, tener relaciones sexuales.
A los 35 años, tener mucho dinero.
A los 50 años, tener muchísimo dinero.
A los 65 años, tener relaciones sexuales.
A los 70 años, tener registro de conductor.
A los 75 años, tener muchos amigos.
A los 80 años, recordar qué hiciste en el día.
A los 85 años, no hacerse encima.
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.
Jajajajaja!! Buenísimo!!!
jajaj me doblé de risa!!! Sísifo… Sísifo…
¡Ja ja ja, el eterno retorno!
La mecha sería ser conciente de la escala pa’ no aspirar a algo q esté fuera de nuestro y pasar papelones vio…
En realidad, Oscar, es una forma graciosa de contar la pirámide de Maslow cuando vamos satisfaciendo de modo estable las necesidades básicas surgen las más sofisticadas, pero estas sólo pueden existir en cuanto las básicas están satisfechas, cuando las básicas están insatisfechas… ni pensamos en las más sofisticadas…
en peligro de muerte nadie piensa en el dinero… en lo cual piensa la mayoría de las personas la mayor parte del tiempo….
si… eso estaba claro!!! a nadie se le ocurriría hablar de arte y poesía con la panza vacía o al menos debería tener presente por dónde irán las búsquedas cuando no encuentre las respuestas deseadas…
Hace unas semanas en un asado con lo’vago’ (lugar adecuado para hablar tranquilos de mujeres, política y fútbol), cuando algunos ya estaban entrado en copas y dispuestos al «sincericidio», me llamó la atención cómo varios contaban que habían tomado viagra un par de veces… desde tipos ya bien maduritos hasta otros más jóvenes que yo inclusive. Me limité a escuchar… no daba para grandes reflexiones, ni preguntas… no obstante me llevé el interrogante y le he estado dando vueltas y buscando sin mucho éxito, algunos «por qué»
Hay dos porqués principales para el uso del viagra: curiosidad e inseguridad (dejamos de lado donde haya verdadera necesidad). De todos modos no aumenta la libido, solo la «circulación zonal», por lo que la experiencia puede ser también frustrante.
muy buena la distinción y es más que claro lo que pasa… saliendo en parte sí y en parte no de la anédota, lo que me da vueltas por la cabeza es el tema de los jóvenes… y/o adolescentes… yo los escucho y se me hiela la sangre! Creo que hay una pérdida total de sentir placer y disfrutar algo, que empieza por lo cotidiano, sencillo y simple y que luego termina en la vida sexual
No entiendo totalmente lo de «pérdida total de sentir placer»…..
saber disfrutar, saborear cada cosa… una especie de anhedonia impuesta por el ritmo de vida alocado en el que se pueden embarcar