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La psicología se ha aproximado a su estudio desde posiciones teóricas muy diferentes, condicionadas por los paradigmas dominantes en el desarrollo de la psi­cología científica y que han abordado la emoción en función de las variables intervinientes que pueden describirla mejor, pero falta esa teoría que de forma integrada pueda dar cuenta de los elementos implicados en la emoción y sus relaciones lo haga de una manera descriptiva, explicativa y predictiva (Cano. 1995).
En su clásico trabajo. Kleinginna y Kleinginna (1981). recopilaron más de cien definiciones de emoción que aluden a este proceso en función de sus efectos funcionales organizativos sis desorganizativos, de sus aspectos afectivos. psicofi­siológicos. motivacionales. etc. Como resultado de este análisis. los autores han perfilado once categorías en las que se pueden agrupar las diferentes formas de conceptualizar la emoción y que brevemente señalamos a continuación.

  1. La categoría afectiva enfatiza los aspectos subjetivos o experienciales y engloba definiciones que acentúan la importancia del sentimiento, la per­cepción del nivel de activación fisiológica y su dimensión hedonica (con­tinuo placer-displacer). La conceptualización afectiva hace referencia a los cambios corporales que siguen directamente a la percepción de un hecho excitador ya que el sentimiento de tales cambios es la emoción.
  2. La categoría cognitiva reune aquellas definiciones basadas en los aspec­tos perceptivos. de valoración situacional y de catalogación de las emo­ciones. Son, por tanto. los aspectos cognoscitivos, los elementos capitales de la emoción. Una definición típica de esta categoría sería la realizada por Schachter (1964), «… un estado emocional puede ser considerado como una función de un estado de activación fisiológico y de una cogni­ción apropiada de ese estado de activación. […7 La cognición determina si un estado fisiológico de arousal puede ser etiquetado como rabia, alegría o cualquier otro». (pág. 50-51). En esta categoría se ubicarían así mismo, las definiciones de los principales representantes. Por ejemplo, Lazarus (1986) la define. como «los productos de la interpretación por parte del individuo de los aspectos cambiantes de un momento a otro de sus valores y compromisos más apreciados’ (pág. 375).
  3. La categoría basada en estímulos elicitadores comprende un conjun­to de definiciones que acentúan el papel de la estimulación externa como factor desencadenante de las emociones.
  4. La categoría fisiológica pone de relieve la vinculación y dependencia de los procesos emocionales Asistimos en la actualidad a un desarrollo importante de la neurociencia en la investigación de tales mecanismos.
  5. La conceptualización emocional expresiva pone de relieve la dimensión expresiva, que. incluye las respuestas emocionales externamente observables, los patrones expresivos musculoesqueléticos faciales, gestualización, etc.
  6. La categoría disruptipa contiene definiciones que conceptualizan la emo­ción como un proceso disruptivo, remarcando los efectos desorganizadores y disfuncionales de la emoción, en función de los fenómenos vis­cerales y vegetativos que comúnmente son reconocidos como caracterís­ticos de la condición emocional.
  7. La categoría adaptativo, por contra de la anterior, resalta la importancia del papel organizador y funcional de las emociones. La idea fundamental en este tipo de definiciones se basa en los planteamientos darwinistas, según los cuales las emociones han contribuido considerablemente a la supervivencia de las especies.
  8. La categoría multiffactorial incluye el mayor número de definiciones. Subrayan la multidimensionalidad del proceso emocional v los fenóme­nos afectivos, cognitivos, fisiológicos y conductuales que lo determinan.
  9. La conceptualización restrictiva define  la emoción por contrastacion y diferenciación de este proceso frente a los restantes procesos psicológicos con los que interactúa, especialmente con la motivación.
  10.  La categoría motivacional, que es en algunos aspectos contraria a la anterior, plantea el solapamiento que existe entre los procesos emocio­nales y los motivacionales. En este tipo de definiciones se argumenta que las emociones son el principal agente motivador. Esto no quiere decir que las emociones sean completamente idénticas a la motivación, sino que las emociones activan los procesos motivacionales.
  11.  Por último, la categoría escéptica cuestiona la importancia y utilidad del concepto de Emoción. Estas definiciones se basan en el enorme desa­cuerdo que existe en el seno de la psicología a la hora de establecer una definición que consensúe las ideas de todas las distintas orientaciones existentes en el estudio de la emoción.

Eduardo Montoro

Autor: Eduardo Montoro

Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.

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