Quiero contarles una historia sobre dos neurotransmisores …
Contar historias tiene notables efectos sobre el cerebro y en nuestro comportamiento.
En una serie de experimentos en su laboratorio, Paul Zak ha demostrado que cuando se ve una corta, triste historia de un padre y un hijo, se producen dos neuroquímicos interesantes:
- El cortisol, que la gente se sienta como la angustia y los alienta a prestar atención a la historia.
- La oxitocina, que promueve la conexión y la atención y anima a la gente a sentir empatía.
Después de experimentar la historia, las personas que producen la mayor cantidad de oxitocina eran los más propensos a dar dinero a otros deconocidos.
La molécula parecía para hacerlos más generosos ( Zak et al., 2007 ).
Este video explica la investigación y cómo se conecta a una teoría de 150 años de edad, de la narración:
Historias sin elementos clave -incluyendo un clímax y desenlace- no en el entusiasma el cerebro de la misma manera. De hecho la gente las ignora.
La oxitocina no sólo nos hace más generosos, sin embargo, sus efectos pueden ser aprovechadas para fines menos nobles.
Según Zak, la oxitocina también puede ayudar a explicar la susceptibilidad de algunas personas a la publicidad.
En un estudio, los participantes que recibieron una bocanada de oxitocina dieron más dinero a obras de caridad después de ver los anuncios de servicio público que los que no están expuestos a la sustancia química.
Zak dijo:
«Nuestros resultados muestran por qué los perritos y los bebés están en los comerciales de papel higiénico. Esta investigación sugiere que los anunciantes utilizan imágenes que hacen que nuestro cerebro para liberar oxitocina para fomentar la confianza en un producto o marca, y por lo tanto aumentar las ventas «.
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.