El circuito relacional del paranoico se establece a menudo sobre dos pilares:
- agresividad defensiva manifiesta más o menos sutilmente (a veces directa y abiertamente) y
- sumisión adherente, enmascarada o no.
En el primer caso, un entrevistador que necesite ser querido o aceptado tendrá problemas importantes para recibir semejante trato crítico y hostil. Si el paciente muestra la segunda forma de relación aduladora y sumisa, puede muy bien ocurrir que el entrevistador acepte este papel paternalista perpetuando de esta manera el trato regresivo que el paciente está planteando.
Por otra parte, el intervencionismo a base de interpretaciones crea hostilidades, ya que el paranoico las vive como intrusiones, sobre todo si son precoces. Cabe utilizar argumentos aclaradores y de explicación antes de plantear cualquier interpretación, que, en todo caso, debe demorarse.
Por último, conviene resaltar, a modo de resumen, un hecho muy común en las relaciones con el paranoico.
- Si se ha establecido un buen marco relacional, cuando menos reduciendo el nivel de obstruccionismo hostil directo, el paciente acudirá al otro polo ya señalado de sobreestimar y adular al terapeuta.
Con ello suele invocar una relación más familiar y amistosa. No hay que sucumbir ante semejantes posturas tentadoras ya que traducen una forma de controlar al entrevistador v convertirlo así en su aliado. Es, pues, también una forma patológica de comunicación que no se contribuye a modificar si se acepta.
La relación debe ser estrictamente profesional, obrando con una honradez, seguridad y consecuencia escrupulosas. Deben cuidarse los rechazos y- los privilegios por cuanto constituyen en sí mismos los módulos básicos de la relación perturbadora del paranoico y que en última instancia deberían ser modificados.
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.