- Síntesis de los ejes centrales:
Toda ciencia es siempre un vestido inacabado de la realidad, un vestido que siempre está ajustándose al objeto que pretende cubrir, o, en realidad, descubrir actuando una metodología heurística determinada. Una de las características esenciales de la ciencia es que es algo que busca ser comunicado, la ciencia es comunicación, sea a sí mismo o a otros, y el vehículo en el cual se da tal comunicación es el lenguaje que actúa al mismo tiempo la transmisión de lo heurísticamente descubierto y la estructuración nocional del contenido hallado. Casi sin darnos cuenta relatamos en palabras lo descubierto insertándolo en un sistema nocional-estructural previo que llamamos lenguaje, y, casi también sin darnos cuenta, creamos un nuevo lenguaje que permite relatar o ‘vestir’ esa novedad recientemente descubierta e insertarla en el sistema total de nuestra weltanschauung (cosmovisión). Por ello, dado que toda ciencia constituye, también (y no sólo), un lenguaje heurístico de comunicación de lo descubierto con una interrelación jerárquica y estructurante entre las palabras que componen tal lenguaje, un modo muy práctico y pedagógico de hacer una síntesis de los ejes centrales de una ciencia es crear un pequeño diccionario de los lemas usados en dicha ciencia que constituyen los ejes semánticos que la estructuran y definir también la interrelación jerárquica y estructurante de dichas palabras en relación al sistema total de este lenguaje parcial que llamamos ciencia, en nuestro caso “La Teoría General de los Sistemas”.
Sin más, construyamos el diccionario de la TGS:
- sistema: totalidad autodiferenciada del medio por una cualidad sinérgica.
- sistema = todo + cualidad sinérgica
- sinergia: cualidad nueva y emergente del todo en cuanto tal, no ‘deducible’ de sus partes.
- sinergia = cualidad del todo ≠ ∑ cualidad de las partes
- holismo: punto de vista que pone principalmente de relieve la emergencia de las cualidades sinérgicas de un todo organizado.
- recursividad: propiedad del sistema de incluir dentro de sí totalidades sinérgicas que a su vez pueden considerarse como sistemas dentro de un sistema o subsistemas.
- subsistema: totalidad sinérgica identificable como región parcial dentro de un sistema dado
- entorno: uno de los dos extremos axiomáticos (el otro es sistema) y punto de partida de la TGS, entonces entorno lo podríamos definir como todo lo que no es sistema. El par sistema-entorno es el Anfang (inicio) absoluto de la TGS.
- entropía: tendencia interna del sistema a desorganizarse y perder su diferenciación cualitativa del entorno
- negentropía: tendencia interna del sistema a reforzar su diferenciación cualitativa del entorno aumentando la sinergia
- taxonomía de sistemas:los sistemas se clasifican en:
- cerrados: sistemas con bajo nivel de comunicación con el entorno
- abiertos: sistemas con alto nivel de comunicación con el entorno
- entrada (inputs): comunicación recibida del entorno
- positiva: refuerza la organización del sistema
- negativa: aumenta la entropía
- salida (output): comunicación dirigida al entorno en par circular causal con la entrada
- positiva: refuerza la organización del sistema
- negativa: aumenta la entropía
- retroalimentación: relación de causalidad circular entre las entradas y salidas
- causalidad circular: relación causal en la que no se reconoce una prioridad fundante del tipo causa-efecto, sino que la causa y el efecto pueden ser considerados su contrario dependiendo del punto de vista desde que se analice un modificación dada en el sistema.
- cibernética: del griego kibernetés (timón), arte de controlar el timón, en definitiva ciencia que se dedica a los mecanismos de control o lo que es lo mismo los mecanismos que relacionan entradas-salidas otorgándole un valor determinado a esa relación de retroalimentación con la intencionalidad de obtener un resultado determinado.
- autopoiesis: autocreación, capacidad de los sistemas de darse a sí mismos las condiciones de su existencia
- sistema autónomo: sistema que evalúa y da significado a su retroalimentación en orden a obtener un resultado prefijado actuando decisiones en función de tal evaluación.
- equifinalidad: propiedad de los sistemas de obtener un mismo resultado realizando trayectorias procesales diversas.
- homeóstasis: autorregulación del sistema en orden a mantener su diferenciación del entorno.
- observación de primer orden: lectura de la realidad en la cual el observador no se incluye.
- observación de segundo orden: lectura de la realidad en al cual el observador se autoincluye en lo observado.
- educación: comunicación sinérgica que contribuye dialécticamente tanto a la individuación como a la integración respecto del entorno por parte del educando.
- sistema educativo: sistema específicamente organizado con el fin de promover tanto la integración con el entorno (socialización) como las fuerzas vitales del individuo que lo mantienen autopoiéticamente alerta frente a cualquier desorganización posible, de orden personal o social. Y que finalmente promueve el equilibrio dinámico con el entorno.
- equilibrio dinámico: conservación homeostática del sistema que amalgama dialécticamente la tensión de conservación de la estructura e identidad del sistema con las necesidades de cambio que propone el entorno.
- Aportes personales, evaluación crítica:
La teoría de la complejidad (un conjunto que engloba más o menos TGS, sistemas adaptativos complejos, dinámica no lineal, teoría de sistemas dinámicos, teoría del no-equilibrio, teoría del caos) es tenida por muchos como la tendencia científica dominante surgida en los 90[1]. Desde su posición dominante se postula a sí misma como el non plus ultra de la lectura epistemológica de la realidad. También, como toda posición dominante, se instaura a sí misma como postuladora de un giro copernicano que vuelve obsoleta e inútiles las anteriores formas de análisis, o al menos substancialmente contaminadas de metodologías inoperantes. Justamente en este punto nace su debilidad, a saber, en el carácter expulsivo de su propuesta epistemológica. De hecho la TGS se propone a sí misma como una teoría por medio de la cual se actúan una serie de pasajes o superaciones dialécticas: del objeto al sistema, del reduccionismo al integracionismo, del aislamiento a la relación, de la abstracción a la concreción, de la cantidad a la cualidad y pauta, de la causalidad lineal a la circularidad, de la objetividad al constructivismo[2].
Al pasar del objeto al sistema deja de lado sutilmente al sujeto, la dupla sujeto-objeto ha sido el eje y punto de partida de todas las epistemologías anteriores, se busca la superación de la objetividad y en el camino también se pierde la emergencia del sujeto. No porque desde el sistema no se considere al sujeto, sino porque no se le da el lugar de emergencia cualitativa que le pertenece.
En el pasaje del reduccionismo al integracionismo (mutatis mutandis lo mismo sucede en los pasajes del aislamiento a la relación y de la abstracción a la concreción) sucede también lo mismo se expulsa la creación de metaprincipios bajo la acusación, según Bateson, de ‘falacia de concretidad’[3], que en una cierta medida es justificada (al modo de abuso, sin embargo se sabe hay que tirar el agua sucia no el niño…) pero que termina creando un hueco vacío en las epistemologías sistémicas en relación al sujeto que pretenden llenarlo con el concepto de “caja negra”, que no es otra cosa que el hueco estructural que se ha creado después de expulsar toda posibilidad de interpretación estructural del sujeto. En definitiva el sujeto se convierte, peligrosamente, en una función del sistema sin posibilidad de análisis estructural interno.
En el pasaje de la causalidad lineal a la causalidad circular es donde tal vez se vea de un modo más claro que lo que se expulsa por la puerta termina entrando, de nuevo, por la ventana. La causalidad lineal es una condición de posibilidad del mismo pensamiento, es imposible pensar sin, por lo mismo, intentar establecer relaciones de causalidad. Está bien, la TGS descubre que es menos funcional en la aplicación a contextos sistémicos en donde la causa puede convertirse en efecto y viceversa, pero eso no descarta su campo de aplicación y su condición de elemento básico de todo pensamiento.
Finalmente el pasaje de la objetividad al constructivismo. El problema del constructivismo es que en el fondo es autodestructivo, si no hay nada dado, si todo es ‘constructo’, todo puede ser ‘deconstruido’, no hay ningún tipo de piso firme sobre el cual moverse. No se trata de postular un realismo ingenuo que niegue lo de constructo que hay en toda realidad humana, por el contrario se trata de conjugar una epistemología superadora que pueda hacer convivir lo ‘dado’ con lo ‘construido’, cómo lo uno media lo otro y cómo lo mediado funda la posibilidad de la mediación.
La TGS se define a si misma como ‘holistica’ mi crítica, aquí apenas enunciada no demostrada (tal cosa excedería los fines de este trabajo práctico), es que no es lo suficientemente holística, está diseñada como ‘reacción’, en cierto modo expulsiva, hacia los abusos de métodos de otras epistemologías y por tanto se priva de vías de análisis tan legítimas y funcionales como las que la misma TGS propone. Tal vez este hecho sea por la falta de conciencia de la propia perspectiva respecto del objeto, de la operación mental por medio de la que se hace la inferencia que se ha de postular como resultado ‘científico’ y, finalmente, por la falta de consciencia del propósito del propio modelo. Considerando estos tres elementos podemos ver que la prioridad emergente de alguno de sus elementos genera epistemologías diversas[4], por ejemplo:
Modelo | Perspectiva del objeto | Inferencia | Propósito | Escuela psicológica |
Mecánico | Simplicidad organizada | Analítico-deductiva | Explicación | Psicoanálisis |
Estadístico | Complejidad desorganizada | Sintético-inductiva | Correlación | Cognitivo-conductual |
Sistémico | Complejidad organizada | Holista-descriptiva | Descripción estructural o procesual | Sistémica |
Interpretativo | Simplicidad desorganizada | Estética-abductiva | Estético-abductiva | Gestalt |
Una verdadera epistemología holística (todavía no escrita) debería integrar todos los modelos de aproximación epistemológica al estudio de un objeto, no de un modo sincrético, sino sistemático, es decir dándole a cada modelo su rol y su lugar en el proceso heurístico de crear una ciencia del objeto, respetando la emergencia y prioridad de cada aproximación según el lugar que ocupe en el proceso mental-situacional-social de la creación de ese conjunto de nociones que llamamos ‘ciencia’.
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.
Añadiendo, la teoría de sistemas es una moderna teoría de clases. Mientras la tradición científica en ciencias sociales parte con el triunfo de la burguesía en la revolución francesa y el modelo napoleónico de educación, el programa liberal encabezado por la Royal society habrían de secuenciar institucionalmente las pautas de interacción del control y teorización social. Es justo decirlo: la sociología nace como ciencia de la burguesía en control de las «clases peligrosas» identificadas más con el pensamiento ácrata (de Saint-simon a Marx entre socialistas; de La Boettié a Feyerabend entre anarquistas, entre sus muchos interjecciones hoy día con ecologistas) como se les decía a los no-ciudadanos que en definitiva deseaban hacerse incluir como ciudadanos, individuos certificados al máximo por la sociedad; y aun hoy las clases peligrosas no han cesado de ser menos antisistémicas que aquella locura decapitadora simbolizada por la guillotina.
Justamente, la teoría de sistemas en Luhmann cancela la perspectiva histórica cuando todo esto son desajustes a un concepto risible de estabilidad. Choca como tergiversa a Maturana; como el concepto de homeostásis al que tiende la neguentropia es desnaturalizada en organismos; así como el concepto de homeorrésis al que tiende la entropía; todo lo anterior conceptos claves de sistemas dinámicos retroalimentados para nada estables y si susceptibles al cambio. La cosa es que para conocer un sistema, se decía, habría que conocer el máximo de variables; y hoy todo lo que conocemos por dinámico está sujeto por mucho a la naturaleza del entendimiento humano hasta ahora conocida la teleología; pero el principio de incertidumbre y la teoría del caos, que parecen contener algunos principios constructivistas, operan desde otros supuestos, los de estabilidad, inestabilidad y el intesante concepto de caótico que reúne los dos anteriores. Quiero decir, el correlato de la teoría de sistemas, del cambio y de dinámica que tanto se esfuerza en eliminar Luhmann por la operatividad y funcionalidad no es más que la teoría de la evolución y la teoría del juego de nuestro gran diálogo con la Naturaleza, según nos diría Bateson. Filogenéticamente es la historia natural del mundo, algo que en Henri Bergson comienza a vislumbrar para unir sistema e historia.
Pero yo me inclino a que la teoría de sistemas es solo un lenguaje proposicional, o una apariencia lógica de pensamiento en términos de Wittgenstein. De hecho, los objetos, y «sus» cualidades, dependen tanto más de la naturaleza del entendimiento humano que del objeto «aislado» en sí; y es precisamente la lógica proposicional de Wittgenstein la que te indicaría que, en efecto, los objetos están dados a partir de hechos; lo que es lo mismo, los hechos configuran un estado de cosas a partir de sus objetos, y estos objetos están determinados por el espacio lógico del pensamiento capaz de traducir la información digital-binaria del potencia post-sináptico neuronal en algo comunicable y objetual, en interdefiniciones transpersonales para superar el solipsismo crítico del constructivimo radical que no es más que un estudio epifenoménico o sinérgico, como tú dirías…
…Historia y sistema, hasta el momento, no han sido reconciliados en sociología; tal vez con Wallerstein, pero éste no tiene rigor epistemológico con que Bateson sí nos invita a reflexionar en términos casi semejantes al de sistemas con su «ecología mental». Pero a decir que exista una «verdadera epistemología holística», me parece decir falsamente, de una vez por todas y para todo el futuro de la ciencia, que un modelo jamás precisaría de correcciones.
Y nada, que tu escrito invita a reflexiones interesantes.
Nada más lejos de mi intención una verdadera epistemología holística implica una epistemología que busca integrar todo en su lugar, que se ponga por lema lo de Chesterton lo único importante es todo, mejor en su lengua original ‘everything’, todas y cada una de las cosas, abierta siempre a la reformulación de sí misma cuando, justamente, descubre que ha dejado afuera algo…. Muchísimas Gracias por tu muy substancioso comentario, está bueno que te muevan las telas de araña cerebrales de vez en cuando…