DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Reacciones paranoides
Requieren una detenida valoración de las circunstancias que han concurrido para motivar el episodio. Deben buscarse acontecimientos relacionados con pérdida de autoestima o sumisión pasiva respecto a alguna situación frustrante. No deben desdeñarse las consecuencias que producen ciertas enfermedades orgánicas, sobre todo si comportan alguna limitación social notable. Su raciocinio delirante da cierta abordabilidad, a diferencia de los desarrollos paranoicos genuinos.
Es preciso, por otra parte, realizar a menudo el diagnóstico diferencial de estas reacciones con la esquizofrenia aguda de temática paranoide (tabla 30-4). Hay que valorar especialmente el grado de desestructuración de la personalidad, los síntomas disociativos, la escasa sistematización, la falta notable de lógica y la variabilidad, todos ellos típicamente esquizofrénicos. En la reacción paranoide, la personalidad se halla conservada, hay elementos desencadenantes y el delirio está más sistematizado, incluye argumentos lógicos y forma un conjunto estable. El pronóstico evolutivo varía sensiblemente, ya que con cierta frecuencia el brote esquizofrénico deteriora lá personalidad, mientras que la reacción paranoide genuina no.
Desarrollo paranoico
La valoración del delirio paranoico frente a la personalidad paranoica encierra también
grandes dificultades. Estos pacientes rehúyen q la visita al médico y en general detectan
cuales son sus ideas que los demás consideran Patológicas, con lo cual pueden ocultarlas atenuarlas para aparentar que están sanos. De todas formas, la elocuencia empleada en
ocultación es en sí misma un dato de indicación patológica. Además, cuando el tema delirante trata sobre aspectos metafísicos no mostrables, como la religión, la política o filosofía, esta diferenciación puede hacerse imposible. Las exploraciones más profundas que permitirían dilucidar el caso, son habitualmente rechazadas. El tema de los inventores o descubridores, aunque alguna vez es claramente absurdo, con mucha frecuencia contiene cierta verosimilitud.
Esquizofrenia
Para establecer el diagnóstico diferencial entre el trastorno delirante (paranoia) y la esquizofrenia (tabla 30-5) nos basamos en dos puntos en los que Bleuler fundamenta el diagnóstico de la primera:
- La fundamentación de la idea por el paciente: el paranoico va disipando las dudas acerca de su delirio mediante argumentaciones lógicas entre unas representaciones otras. En su discurso llega a convicciones generalmente irreales donde no establece su autocrítica y que, por tanto, no es capaz de considerar en los términos lógicos que se le proponen. Incluso se irrita si se insiste en ello. Aquí un sujeto sano dudaría y comprobaría. Esto no ocurre en el paranoico por su certeza delirante. También comprobaremos que falsea la interpretación de sus recuerdos o percepciones para justificar más el delirio.
- 2. Propagación del delirio: progresivamente va afectando sectores más amplios hasta monopolizar totalmente su conducta. Además, puede incluso extenderse a otro sujeto (folie a deux) o colectivamente. Esta propagación social rara vez se observa en el esquizofrénico.
Antes de establecer el diagnóstico de paranoia nos aseguraremos, por tanto, de que no hay síntomas de otra enfermedad mental, como esquizofrenia o parafrenia. Hasta cierto punto, el diagnóstico se realiza de modo negativo y por exclusión.
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.