Hoy, en Argentina, mayor cantidad de gente consulta al psicólogo. La aseveración pertenece a Javier Camacho, doctor en Psicología y miembro fundador de la Fundación Foro tras su paso por la capital provincial. Días atrás dictó el taller «Propuesta de Amor» organizado por el Espacio Creer. Según indicó, antes, la consulta al psicólogo implicaba locura, ahora -en Argentina, a diferencia de otros países- gente de todos los sectores sociales acude al psicólogo para tratar su angustia y mejorar su calidad de vida.
En ese sentido indicó “antes, si uno se iba al psicólogo estaba loco, ahora esta eso cambiando e inclusive no tiene tanto que ver con el nivel socio cultural ya que personas de todos los niveles consultan cuando tienen un problema y es una diferencia muy grande que tenemos en la Argentina con otros países en donde si vos no estás loco, con un trastorno, no vas. En cambio acá la gente consulta por angustia y eso es importante porque creo que se puede hacer mucho prevenir para mejorar la calidad de vida de la gente sin que haya una patología” y agregó “muchas veces uno va y no tiene un trastorno mental ni adicciones ni nada grave pero por ahí esta con un problema de pareja o con los padres o alguna dificultad y también aporta mucho la psicoterapia en general”. El especialista remarcó que lo que trata de hacer la psicología positiva es en vez de enfocar en lo que anda mal o en los problemas de la gente, tratar de ver lo que anda bien y darle más espacio a eso y más lugar a los recursos de la gente para que desde el lugar de la salud pueda lidiar con esas cuestiones que tenemos todos”.
Según Camacho, el amor es uno los temas que estudia la psicología positiva y que tradicionalmente es dejado de lado por la psicología clásica, cuando se habla de parejas. En ese sentido indicó que la psicología positiva se vuelca más hacia las virtudes, las fortalezas, las capacidades de la gente y de los grupos, concentrándose en tres aspectos del amor: felicidad, espiritualidad y capacidad de perdonar.
Conocernos
Muchas veces uno sufre mucho por amor y por un tiempo no quiere saber nada pero la mayoría de la gente reincide, las dos cosas que la gente quiere la mayoría es ser feliz, amar y ser amado. Según explicó en el amor hay distintas teorías, entre ellas la teoría de Robert Sternberg que plantea la existencia de tres elementos en el amor: la pasión, que tiene con el impulso sexual de querer estar con el otro, de fundirse con el otro, basado fuertemente en la atracción física y en el sexo durante los primeros momentos de la relación; la intimidad, que tiene que ver con construir con el otro a largo plazo, empezar a tener códigos en común, a compartir y a querer que le vaya bien al otro, basada más que nada en el compañerismo; y el compromiso, relacionado a la decisión de estar con el otro, de acompañarlo a pesar de los problemas. De acuerdo a esta teoría esos tres elementos deberían estar medianamente balanceados para que una pareja sea más o menos buena, aunque en general hay momentos de la relación donde alguno de los elementos aparece más fuertemente que los otros. Suele ocurrir que en los primeros momentos de la relación lo que más está presente es la pasión, que en general dura entre los tres meses y el año y medio. Hay estudios que demuestran que incluso hay algunas personas que pueden mantener el amor balanceado a lo largo de toda su vida, manteniendo la misma pasión, pero en la mayoría de los mortales la pasión tiende a desaparecer o no es tan intensa y entonces predominan más los otros dos elementos.
La diferencia entre pasión e intimidad
La diferencia entre la pasión y la intimidad es que la segunda se construye en el tiempo tiempo, hacerlo lleva años en donde uno entiende al otro puede tolerar cosas al otro. “Muchas veces lo que hace que una pareja se sostenga es ese conocimiento entendimiento del otro y querer que le vaya bien a uno, después lo que pasa es que queda solamente la intimidad y uno tiene como un amigo después de cinco o diez años de pareja, a veces por compromiso unos siguen y otras parejas deciden terminar, darle alguna vuelta u optan por la infidelidad o la solución que pueden”, agregó.
Para Camacho el amor es protector a nivel psíquico aunque hay momentos del enamoramiento, cercanos a la locura, donde es fuerte la sensación de dependencia del otro y de vulnerabilidad, que en casos de ruptura pueden llegar al asesinato o el suicidio.
Al respecto explicó “el amor toca circuitos muy fuertes, cuando está todo bien es bárbaro y maravilloso y cuando está mal también la pasas mal”.
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.
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