Por nuestra parte, el tema de la identidad despertó nuestro interés hace mucho tiempo y nos hemos ocupado de él tanto en forma separada como conjunta en distintas conferencias, artículos y publicaciones, algunos de los cuales aparecen en este libro.
La elaboración de nuestras respectivas ideas desarrolladas en esos trabajos nos llevó, hace unos años, a la presentación de una comunicación ante un Congreso Psicoanalítico Latinoamericano, en la que planteamos por primera vez nuestra concepción acerca de la adquisición del sentimiento de identidad como resultante de un proceso de interrelación continua entre tres vínculos que hemos denominado vínculos de integración espacial, temporal y social respectivamente. Esta idea —que nos parece central— se encuentra contenida en forma implícita en la mayor parte del libro, pero la hemos expuesto y desarrollado explícitamente en los capítulos tercero, cuarto, quinto y octavo. El vínculo de integración espacial comprende la relación entre las distintas partes del self entre sí, incluyendo el self corporal, manteniendo su cohesión y permitiendo la comparación y contraste con los objetos; tiende a la diferenciación self-no self: individuación. El vínculo de integración temporal comprende las relaciones entre las distintas representaciones del self en el tiempo, estableciendo una continuidad entre ellas y otorgando la base del sentimiento de mismidad. El tercero o vínculo de integración social es el que se refiere a la connotación social de la identidad y está dado por la relación entre aspectos del self y aspectos de los objetos mediante los mecanismos de identificación proyectiva e introyectiva.