Este capítulo estará dedicado al estudio de las perturbaciones en el sentimiento de identidad, ocasionadas por circunstancias de la realidad externa: en este caso, el fenómeno migratorio y su vinculación con los trastornos de las identificaciones introyectivas y proyectivas, mediante el análisis de Marisa, tratada por uno de nosotros *.
Estos trastornos, y muy especialmente la dificultad en establecer buenas identificaciones introyectivas, eran consecuencia, a su vez, en gran parte, de migraciones previas de importancia en la vida de la paciente y la poca confianza que podía depositar en sus objetos, que por sus características ofrecían pocas garantías de estabilidad.
Las migraciones, cambios que abarcan un gran espectro de las relaciones objetales externas, agravadas en este caso particular por haber sido repetidas y no elaboradas, quitaron estabilidad a su self y, en consecuencia, a su sentimiento de identidad.
La perspectiva de una nueva migración, que surgió durante su análisis, permitió ver la dificultad de elaborar los múltiples duelos que ésta suponía y la emergencia de ansiedades confesionales, persecutorias y depresivas, caída en estados de regresión ** con incremento de los mecanismos de disociación, omnipotencia e identificación proyectiva, y la necesidad de recurrir a exteriorizaciones psicopáticas con actitudes maníacas, aunque controladas por mecanismos obsesivos.
El concepto de que el desarrollo y afianzamiento del sentimiento de identidad se basa en las identificaciones introyectivas asimiladas está presente, de manera explícita o implícita, en casi todas las definiciones sobre identidad. Y sabemos también que las identificaciones resultan del interjuego de los mecanismos de introyección y proyección.
Citando a M. Klein: «Un buen objeto establecido en forma segura da al yo un sentimiento de riqueza y abundancia… y es precondición para lograr un yo integrado y estable” (4).
Esta estabilidad permite mantener la continuidad y mismidad que todos los autores consideran como características que definen la identidad y hace posible que, por contraste, cada individuo sea distinto de los demás aunque con caracteres comunes a otros y, en consecuencia, único.
* Grinberg, Rebeca: «Migración e identidad». Trabajo clínico presentado en versión ampliada en la Asociación Psicoanalítica Argentina (3) .
** A. Rascovsky (6) ha expresado en numerosas ocasiones sus ideas respecto de las consecuencias del fenómeno migratorio, a la luz de sus descubrimientos acerca del psiquismo fetal. Considera que es un acontecimiento altamente traumático por las numerosas pérdidas que implica y que, como tal, induce una regresión hasta niveles fetales del psiquismo.