LAS PRÁCTICAS DE OPOSICIÓN TRIUNFAN CUANDO LOS QUE CARECEN DE PODER NO ESTÁN DISPUESTOS A SEGUIR SIENDO DOMINADOS
Los movimientos de emancipación siempre han tenido que vincular el cambio en la esfera «personal» con el cambio «político». Ésta es una lección que los nuevos movimientos sociales —de izquierda, ecologistas, feministas, antirracistas y anticapitalistas— han aprendido de su propia historia. La cuestión es que estos movimientos por el cambio operan ahora, a su vez, en un contexto económico y político que no es únicamente hostil al cambio, sino que además ha desplegado estrategias para persuadir a los oprimidos de que sus problemas son en el fondo problemas psicológicos. Por ello, los psicólogos «radicales» procuran no hacer el juego a esta cultura psicológica profundamente ideologizada ni reforzar la psicologización de la política y de la resistencia.
De la lucha contra la patologización y por la aceptación de una diversidad de maneras de ser «normal» se aprende que las personas
IAN PARKER
que parecen estar privadas de poder son realmente las únicas capaces de redefinir los términos del debate. Llegado este momento, el poder de la psicología se diluirá en el proceso y la psicología será puesta en jaque, y poco a poco se sentarán las bases para que la psicología deje de ser una disciplina independiente.