Usted sabe cuanta importancia le doy al sistema como holos y cuanto desconfío de las interpretaciones lineales. Entonces permítame sugerirle que se revisen, usted y su esposo, que hagan un examen de conciencia humano:
¿Es usted feliz? ¿Es su esposo feliz? ¿Tienen una relación de pareja armoniosa?
La ética a Nicómaco comienza diciendo que todo hombre busca ser feliz, la eudemonía, y el Baby Echeccopar un periodista de radio 10, chabacano si los hay, me explicitó en 10 segundos algo que yo en mi cabezota supercientífica venía masticando por años, la esencia misma del acto educativo paternal, el non plus ultra: “El mejor regalo que le puede dar un padre a un hijo es ser él mismo feliz”. No hay sentencia, se lo puedo asegurar, en el plano educativo más profunda que esta. No voy a ponerme a explicar por qué ahora, sería tema para un post. Pero apunte por ahí sin miedo, toda ganancia en ese plano será para beneficio de todos, de su esposo, de su hijo, de su hija, etc. Y ni se le ocurra pensar que es egoísmo…
