TRANSPARENCIA EN LA JUSTIFICACIÓN DE LOS TRATAMIENTOS PSICOLÓGICOS
Los programas de tratamientos suministrados a las personas sin su consentimiento informado son inevitablemente coercitivos y suprimen, por tanto, las capacidades reflexivas de las personas afectadas en un escenario propicio para convertir a los sujetos en objetos. Cada tratamiento psicológico debe ofrecer, necesariamente, la posibilidad
LA PSICOLOGÍA COMO IDEOLOGÍA
de decidir si se quiere participar en él, al igual que una explicación detallada de sus posibles efectos. En añadidura, debería establecerse un acuerdo desde el inicio del tratamiento para que las «anotaciones» realizadas por los profesionales a lo largo del proceso de asesoramiento psicológico o de la psicoterapia y que ayudan a comprender el caso, fueran compartidas.
Así, pues, tenemos que reclamar el derecho a saber desde el comienzo lo que supone el tratamiento y tener constancia de las etiquetas diagnósticas que los psicólogos comparten con otros profesionales clínicos8.