LOS ACADÉMICOS QUE SABEN CÓMO NO SABER Y POR QUÉ
Los psicólogos académicos están escindidos. Por un lado, tienen la suerte de investigar y pensar que, en efecto, «descubren» características de los procesos mentales. Guiados por el deseo de saber más
LA PSICOLOGÍA COMO IDEOLOGÍA
acerca de otras personas, pronto olvidan que ellos mismos son parte del problema. La historia de la disciplina está repleta de casos que les recuerdan que esto es así y que les dejan sumidos en una crisis de conciencia. Y los que perseveran tienen serias y persistentes reservas y dudas acerca del valor de su trabajo.
Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos por agrandar y explotar esas dudas. Por otro lado, se espera que los investigadores sean productivos para sus empresarios en unas condiciones que restringen el trabajo creativo: la búsqueda de fondos de investigación, la realización de investigaciones en plazos estrictos y la obligación de publicar o perecer. Bajo estas circunstancias pensar que los investigadores sean «objetivos» y que su interés en lo que investigan y hallan sea meramente científico empeoraría aún más las cosas. Entre tanto, se espera de ellos que enseñen a las nuevas generaciones de psicólogos. Por nuestra parte, deberíamos encontrar la forma de transformar sus perlas de sabiduría en granos de arena con los que construir algo mejor.