EN CONTRA DE CUALQUIER DEFINICIÓN OFICIAL DE LO QUE DEBERÍA SER LA PSICOLOGÍA
Las pretensiones de colegiar a los psicólogos o regular la práctica psicoterapéutica conllevan necesariamente una definición normativa de la psicología. Para las personas sometidas a la psicología, la variedad de modelos psicológicos les supone un mayor respiro, un espacio para moverse que desaparecería con la regulación estatal de la disciplina. A esta circunstancia se suma el hecho de que el abuso físico o sexual ya es un asunto para los tribunales, independientemente del tipo de práctica profesional en la que se produzca. Asimismo, una regulación «protectora», por bienintencionada que sea, dificultaría la aparición de perspectivas alternativas a favor y en contra de la psicología dominante. Esta suerte de regulación no favorece a nadie24