SE INVOCAN IDEAS DE LA LIBERACIÓN DEL YO QUE YACEN EN EL INCONSCIENTE
La versión derivada del trabajo de Reich consideraba al psicoanálisis como una teoría política y una práctica clínica capaz de acceder a los deseos inconscientes «reprimidos» por el capitalismo. Esta concepción condujo a una visión limitada de la «liberación», la cual planteaba que si la opresión era combatida y la represión superada, la libertad fluiría. Era como si el «inconsciente» fuese, en todo momento, revolucionario y necesariamente uniera a las personas, y que la violencia en tiempos de revolución y sus efectos «catárticos» formaran parte de esta visión romántica del inconsciente. Las acciones del movimiento de liberación inspirado en los escritos del psiquiatra Frantz Fanon también reprodujeron este tipo de contemplaciones53.
El problema que plantea la psicología como práctica material que clasifica y separa a las personas en base a su «normalidad» o «anormalidad» precisa también de una solución más idónea que la romantización del inconsciente. El movimiento de la «antipsiquiatría» fue una respuesta necesaria a la coerción brutal impuesta a los pacientes por medio de técnicas aún vigentes, como los confinamientos, el electro shock yla psicocirugía54. No obstante, cuando la antipsiquiatría empezó a vincularse con la izquierda, tendió a romantizar la «locura» como alternativa a la racionalidad del capitalismo y como su «otro»55. Por consiguiente, permitió difundir ideas románticas en la izquierda sobre verdades psicológicas imprescindibles. Incluso ahora las apelaciones al «anti-Edipo» y el «esquizoanálisis» con frecuencia reproducen en lugar de cuestionar el poder de las categorías psicológicas entre los académicos de izquierda56.