LOS ESTUDIOS DE LA SEXUALIDAD CONDUJERON A INTERPREIACIONES DE LA CONFESIÓN VINCULADAS AL PODER
Foucault apuntó que la explicación «psicológica» era parte del problema cuando escondía o velaba lo que estaba realmente en juego. Por tanto, su análisis histórico de la «sexualidad» empezó a profundizar en
IAN PARKER
las cuestiones que parecían estar «reprimidas» por el poder. Foucault señala que las personas llegaban a creer que bajo la superficie había algo genuino y liberador —en tiempos de revolución era como si, efectivamente, «bajo los adoquines, [estuviera] la playa»—. Esta comprensión arrojó nueva luz sobre cómo a los hombres y las mujeres se les asignaban cuerpos sexuados construidos históricamente, lo que incitó un interés general de la psicología en las «diferencias sexuales». A su vez, suscitó nuevos interrogantes sobre la orientación sexual, superando concepciones de «heterosexualidad» y «homosexualidad» como sendas vitales independientes.
El hechizo de esta noción embaucó a muchas personas en modalidades de terapias en las cuales creían que si hablaban libremente acerca de su sexualidad llegarían a liberarse y ser más felices y vivir vidas más saludables. Foucault reveló el modo en que la «disciplina» psicológica iba de la mano de la «confesión» según la cara empática y sonriente del profesional que invita a los clientes a que lo digan todo, persuadiéndoles de que así se sentirán mejor.