LA NUEVA FORMA DE ‘PSICOLOGÍA CRÍTICA’ SURGE PARA LIMITARSE A PROPORCIONAR UN ENFOQUE RADICAL
Siempre ha habido críticas a la psicología desde sus propios fueros, como las intensas luchas internas emprendidas por mujeres y personas de color contra la normalización del comportamiento humano a
IAN PARKER
partir de una noción normativa blanca y masculina. Los colectivos gays y de lesbianas, al igual que los de personas con discapacidades y otros colectivos agrupados entorno a etiquetas diagnósticas de «enfermedad mental», han desafiado a las teorías y las prácticas de académicos y profesionales. En ocasiones se han movilizado bajo la pancarta de la «psicología radical»23, siendo habitualmente ignorados o han terminado «quemados» o neutralizados por la disciplina.
La «psicología crítica» supone una de las últimas manifestaciones contra el malestar que la disciplina causa a las personas. Mientras tanto, los métodos alternativos «cualitativos» del nuevo paradigma han sido progresivamente aceptados como parte del arsenal de la disciplina. A diferencia de los métodos experimentales clásicos, ahora los investigadores cualitativos contemplan como una virtud el hecho de entrevistar a las personas para darles más espacio para expresarse. Entre tanto, pasan por alto que algunas de las perspectivas experimentales fueron utilizadas por colegas radicales y, como tales, ya eran parte de la psicología «crítica»24.