LAS NOCIONES DE TRAUMA SE TOMAN DE LA MEDICINA Y SE ADAPTAN A LOS DICTÁMENES DE EVIDENCIA
La terapia cognitivo-conductual también refuerza el interés por el «aquí y ahora» a expensas de las condiciones sociales e históricas. Al psicólogo le preocupa exclusivamente cómo sus «pacientes» o «clientes» piensan y sienten durante la evaluación. No obstante, la historia de explotación y la opresión que sufre la persona etiquetada también queda marcada, hasta el punto de llegar a considerarse la historia personal como engañosa, como fuente de error para la persona.
La psicología cognitiva utiliza los estudios sobre los «recuerdos falsos» de abuso sexual, recuerdos supuestamente implantados por psicoterapeutas deshonestos, como palanca para derrocar el privilegio que en su tiempo le fuese concedido a las teorías psicoanalíticas. En este caso resulta irónico que el mismo psicoanálisis fuera acusado durante mucho tiempo de evitar abordar el abuso sexual infantil en profundidad, lo que de hecho suponía un problema para la corriente psicoanalítica interesada principalmente en la «fantasía» infanti131. La acusación de que los psicoterapeutas inducían a sus clientes a recordar sucesos que nunca llegaron a suceder surgieron en un principio en reacción a la notable influencia de los planteamientos feministas, de manera que la psicología cognitiva en ese momento intervino con la TCC, la cual evitaría totalmente las cuestiones relacionadas con la fantasía, la memoria y la historia.
La categoría diagnóstica de «trastorno del estrés postraumático» (TEPT) ha sido empleada para agrupar y reducir la variedad de respuestas posibles ante situaciones dolorosas. Su diagnóstico también ofrece unas pautas normales a seguir para superar esas respuestas32.