EXISTE UN ORDEN JERÁRQUICO ENTRE LA PSIQUIATRÍA Y LA PSICOLOGÍA
Lo que los psicólogos dicen y hacen se fundamenta en algo más que la biología. Las relaciones históricas entre distintas instituciones empeñadas en la buena conducta y la detección de la anormalidad hacen que la psicología dependa de otras disciplinas, en especial del conocimiento de los procesos biológicos. Los psicólogos lo saben y por ello buscan con tesón la aprobación y legitimación de sus colegas de las ciencias naturales. De hecho, el paradigma experimental imita lo que los psicólogos consideran que es el procedimiento de los científicos de las ciencias naturales, y los modelos de la psicología clínica, por su parte, abordan el malestar de las personas, influidos por lo que conciben como una gran ciencia: la psiquiatría3.
Los psicólogos están por debajo de los psiquiatras en el escalafón científico y profesional, y mientras que los psicólogos permanezcan leales y dispuestos a reconocer su posición y estatus inferior, no habrá
LA PSICOLOGÍA COMO IDEOLOGÍA
lugar para el resentimiento4. La misma psiquiatría pugnó con otras profesiones médicas para obtener reconocimiento, y esa pugna ha propiciado una tendencia hacia modelos clínicos del malestar, lo que supone que en la actualidad dedique más tiempo al diagnóstico de la «enfermedad» mental y la prescripción de medicamentos que a ninguna otra actividad. Ahora sus mayores exponentes trabajan para la industria farmacéutica. Así, la «psicofarmacología», en tanto especialidad médica, ha pasado a ser el lugar privilegiado para quienes parecen detentar un conocimiento certero de las «bases biológicas» de la conducta. Por tanto, las relaciones institucionales materiales a las que los psicólogos están atados funcionan como un sustituto para la prescripción de fármacos psiquiátricos, los cuales surten un gran efecto en nuestra «naturaleza secundaria» como seres humanos, al igual que en los procesos biológicos subyacentes que nos permiten pensar y actuará.