LA PSICOLOGÍA REPRODUCE EL OCIO COMO UNA ESFERA MASCULINA, LA CÁRCEL DEL TIEMPO MEDIDO
Los cambios en las prácticas laborales con una mayor presencia de mujeres acarrean consecuencias en las actividades de los hombres en el trabajo y en casa. La aparición del sector servicio y la
IAN PARKER
ampliación del «tiempo libre» requieren más recursos humanos, lo que implica a su vez más oportunidades de trabajo. De esta manera, la provisión de actividades para mantener a la gente ocupada en su tiempo libre ha pasado a ser cada vez más significativa, a la par que el tiempo de ocio se convierte en un ámbito de producción. En este escenario el auge de las industrias del entretenimiento del sector servicios es uno de los rasgos más destacados del «capitalismo tardío»49.
«La psicología deportiva» es otra de las prolongaciones de la investigación psicológica, un área que fomenta una mayor competitividad y rendimiento en los hombres, y que permite la participación de las mujeres a condición de que actúen como si fueran una peculiar adaptación estereotipada de los hombres. Por ello cabría entender que el deporte en la sociedad capitalista está organizado a partir de la competición, una actividad propiamente masculina que reproduce las estructuras de la vida laboral. Tanto es así que en lugar de ser una liberación alejada del trabajo, esta concepción del deporte deviene en una «prisión del tiempo medido»», una reificación del tiempo de ocio en la que participan distintas disciplinas, la psicología inclusive.
La psicología apuesta por la idea de que el «tiempo de ocio» puede valorarse y registrarse, y la observación detallada del modo en que la gente gasta su dinero en las actividades de ocio es sumamente valiosa para las campañas de marketing. De este modo, el marketing y la publicidad resultan ámbitos propicios para que los psicólogos investiguen a las personas en su condición de consumidores, es decir, la doble vida que lleva la fuerza de trabajo bajo el capitalismo: la producción y el consumo.
En todo momento la psicología, en tanto disciplina, ha ambicionado mayor responsabilidad para controlar a las personas en el trabajo y predecir qué comprarían con sus salarios. El desarrollo del capitalismo tardío y la creciente importancia de la industria del sector servicios supusieron una transformación de la lógica taylorista. La estrategia de Taylor de incrementar el rendimiento por medio de una medición minuciosa de las tareas individuales no sería adecuada para el tipo de industrias regidas por la interacción entre el trabajador y el consumidor. El taylorismo funcionaba con
LA PSICOLOGÍA COMO IDEOLOGÍA
la producción en cadena fordista, si bien el capitalismo tardío se sustenta en procesos de trabajo posfordista en donde el trabajo en equipo, los «comportamientos profundos» y la creciente psicologización de la vida cotidiana son cada vez más prioritarios. En este caso, la psicología no debería considerarse como una intervención progresista en el mundo del trabajo, más bien deberíamos pensar que la psicología ha cobrado mayor centralidad debido a que el proceso de producción actual precisa de ella51.