LA PSICOLOGÍA GESTIONA UN MUNDO EN DONDE TODO LO SÓLIDO SE DESVANECE EN EL AIRE
El capitalismo siempre se ha regido por el cambio y el mundo cambia a un ritmo trepidante, con un paso rápido de desregulación y privatización neoliberal de bienes públicos a cargo de organismos «internacionales» con base en Occidente. El capitalismo es un sistema económico que revoluciona constantemente las innovaciones de la producción y la demanda a una velocidad que provoca que «todo lo sólido se desvanece en el aire»53. Y en vez de promover
IAN PARKER
que los psicólogos cuestionen si sus modelos del individuo tienen valor alguno, la conciencia reflexiva en la que vivimos en un mundo con cambios súbitos supone una nueva oportunidad para la psicología como disciplina, que oferta un conocimiento experto. Los patrones que rigen el desempeño del trabajo manual están expuestos a fuertes cambios, si bien el trabajo instrumental —y el trabajo emocional como parte del trabajo intelectual— precisan ahora de mayor atención en el terreno de lo individual, un terreno que la psicología ha labrado como suyo y del que nos deberíamos volver a apropiar.
La separación entre el trabajo manual y el trabajo intelectual sigue estando vigente, independientemente de que los psicólogos se interesen por las actividades que acontecen dentro de nuestras cabezas o sobre los «discursos» empleados por las personas54. Esto supone, a su vez, que cuando los psicólogos se centran en cómo resolver el problema que plantea la continuada importancia del trabajo manual a partir del interés por su encarnación, o corporeización, lo que consiguen es abstraer ese aspecto de la actividad y transformarlo en algo susceptible de ser examinado por los psicólogos.