LA COGNICIÓN SE CONSIDERA UN PROCESO ABSTRACTO BASADO EN CAUSAS Y EFECTOS
Una de las principales influencias del conductismo está patente en el razonamiento de los psicólogos acerca de lo que es la «inteligencia» y su medición. Hay psicólogos a los que les gustaría recurrir a
LA PSICOLOGÍA COMO IDEOLOGÍA
los procesos biológicos para explicar las diferencias entre distintos grupos en los test de inteligencia. Guiados por esta ambición, pasan por alto el incómodo hallazgo que data de los primeros tiempos del desarrollo de los test y que suponía que las mujeres obtenían puntuaciones más altas que los hombres, a lo que le siguió modificaciones en los ítems de los test para ajustarlos a lo que «pensaban» que era más fidedigno24.
No obstante, lo más destacable es la manera en que la definición tautológica de la inteligencia empezó a valorarse positivamente, hasta el punto de que se concluye sin más que la «inteligencia» es lo que miden los test de inteligencia. Una vez operacionalizada de este modo la inteligencia, sin mayor demora pasa a formar parte del extraño universo del «condicionamiento operante» por medio del cual Skinner hizo desaparecer cualquier alusión a lo que tenemos en el interior de nuestras cabezas. De este modo, obtenemos el método sin todo el desbarajuste del fenómeno experiencial que puede llevar a los psicólogos a cuestionar su comportamiento social.
Cuando los psicólogos alejados del conductismo estudian las «cogniciones» que supuestamente «median» el comportamiento, en realidad concentran todas las relaciones de causa y efecto que estructuran el mundo exterior, y hacen que el mundo en el interior de las cabezas sea una réplica de estas relaciones. Si tu mundo ideal es una oficina enorme con flechas que conducen de un cubículo a otro, entonces la psicología cognitiva será de tu agrado. En suma, la psicología cognitiva trata el interior de tu cabeza como si fuera un diagrama de flujo; separa las relaciones de su lugar real en el mundo, las vacía de contenido para, finalmente, transformarlas en principios formales abstractos. No sorprende, pues, que las transformaciones en las condiciones laborales en Occidente queden reflejadas en los modelos cognitivos elaborados por los psicólogos, que el incremento de los trabajos de oficina —la clase de trabajo en la que los académicos se sienten más cómodos— les incita a concebir la mente como si se tratara de un archivador y que, más tarde, inspirados en la metáfora del ordenador, terminarán desarrollando modelos de «inteligencia artificial», tan artificiales y culturalmente específicos como los propios ordenadores25.