LAS DISTINTAS ÁREAS DE ESTUDIO DE LA PSICOLOGÍA COMPITEN EN LUGAR DE COMPLEMENTARSE
Una manera de mantener en el mismo cajón de sastre los diferentes modelos de psicología ha consistido en dividirlos en ámbitos de estudio separados, lo que ha supuesto poner los desacuerdos aún más de relieve. Los psicólogos raramente piensan en su ámbito particular de trabajo como si aportase conocimientos novedosos a una visión conjunta común. En su lugar, las concepciones del ser humano proporcionadas por las distintas áreas de la psicología se solapan, de modo que se intenta descartar las explicaciones proporcionadas por los otros colegas.
Por ejemplo, los psicólogos cognitivistas —especializados en el procesamiento mental de la información y la memoria— pretenden comprender las razones de la «conducta social», aunque para ello reducen la interacción social a las piezas de la maquinaria y a los fallos del sistema, que sitúan en el interior de las mentes individuales5. Por su parte, los psicólogos sociales —quienes supuestamente dan cuenta de los patrones de la conducta colectiva— persiguen explicar las diferencias en el «desarrollo individual», aunque los únicos factores sociales que toman en serio son de pequeña escala,
LA PSICOLOGÍA COMO IDEOLOGÍA
es decir, los que pueden ser manipulados y medidos6. Los psicólogos del desarrollo —centrados en cómo y cuándo los menores aprenden a pensar como adultos— pretenden mostrar los nexos entre la cognición y la acción social con el deseo de segar la hierba bajo los pies de sus colegas para otorgar protagonismo a las investigaciones del desarrollo infantil. Y así sucede que cada postura que se muestra abierta e inclusiva oculta el deseo interesado de imponer una definición definitiva de la psicología. En fin, se trata de un terreno incierto para los que ya están en la psicología y desconcertante para los recién llegados, que se encuentran entre disputas y sin mapa que les guíe. Cabría preguntar en primer lugar: ¿cómo nos metimos en semejante embrollo?