LA PROPIEDAD PRIVADA SUPUSO PENSAR EN LOS PROCESOS MENTALES COMO POSESIONES’ INDIVIDUALES
La aparición del capitalismo en Europa supuso un cambio drástico en cómo las personas concebían su lugar en el mundo. Los propietarios de las nuevas industrias tuvieron que acumular un capital suficiente para construir fábricas y contratar a los trabajadores. La competencia entre los empresarios en el nuevo mercado industrial les impulsó a considerar que su trabajo dependía exclusivamente de sus capacidades creativas. Esto no significa de modo alguno que no existiera previamente un sentido de creatividad personal, más bien que, en el preciso momento en que el individuo es glorificado, se empieza a asumir que esta creatividad florecería únicamente dentro de la nueva jaula del yo; momento en el que las personas se enfrentan más a otras y establecen relaciones de competencia hasta el punto de que llegan a convencerte de que verdaderamente son dueños de sus propios planes para superarse a sí mismos8.
Entretanto, los trabajadores tuvieron que competir entre ellos para vender su fuerza de trabajo y conseguir dinero para su subsistencia y la de sus familias. Empezaron a concebir el trabajo y la creatividad como algo que les pertenecía, hasta el punto de poder venderlos. Incluso si la vida de los trabajadores era menos valorada que la de los patronos, la profunda transformación que tuvo lugar requería de nuevas explicaciones de las diferencias individuales y del curso de su desarrollo.
La antigua imagen cristiana del hombre rico en su castillo y el pobre en su cancela —una imagen que pretende mostrar los distintos destinos de las personas— siguió vigente en la nueva sociedad, que también era profundamente jerárquica. Aun así, lo novedoso era la búsqueda en la propia naturaleza humana de una justificación para los enfrentamientos y las luchas, que explicara las razones que llevaban a algunas personas a renegar de su humilde condición en el orden de las cosas. En un momento en el que se podía adquirir sin cesar, y entre
LA PSICOLOGÍA COMO IDEOLOGÍA
tanto comprar, el trabajo de otros, el escenario estaba dispuesto para que surgiera una modalidad de «individualismo posesivo» que planteaba un reto a la nueva generación de los señores y los eruditos universitarios9.