fbpx
loader image
Seguro estas buscando Terapia Presencial, pero dale una oportunidad a las Sesiones Online.

Mira porque Hoy la gente ELIGE masivamente hacer TERAPÍA ONLINE

Mi nombre es Eduardo Montoro, soy psicólogo, y a través de estos tests quiero ayudarte a diagnosticar un problema que te puede estar afectando: la depresión.

Hace más de 20 años que empecé a estudiar el tema por haber padecido algunos síntomas. En primer lugar sentía una gran inestabilidad anímica ocupada por grandes periodos de tristeza y profundos sentimientos de vacío existencial, nada tiene sentido y no hay energía para intentar nada. Como prefería no estar consciente dormía mucho más de lo normal. Y en esa falta de energía simplemente perdía el tiempo todo el día intentando hacer cosas o estrategias que fracasaban constantemente. 

seguridad y confianza

¿POR QUÉ HACER TERAPIA ONLINE?

Desde la intimidad y comodidad del hogar.

El horario de la sesión y su duración se adapta a usted.

v

Se mantiene el grado de anonimato que se desee.

Terapia con alguien de otra ciudad, o de otro país, alguien que no te encontrarías en la calle.

Sesiones en directo a través de Skype o Whatsapp que permiten una interactuación personal.

Se evitan desplazamientos y molestas esperas.

Contacto continuo vía Email, Whatsapp o cualquier medio instantáneo de mensajería.

Favorece la posibilidad terapéutica para personas que tienen algún tipo de discapacidad física y/o limitación grave de la autonomía (agorafobia, p. ej.)

Terapia Anti-depresiva

“Estamos eligiendo todo el tiempo, algunos somos conscientes de ello y otros no”.

Este es punto de partida y de llegada de mi terapia anti-depresiva la toma de consciencia de que:
SIEMPRE ESTAMOS ELIGIENDO,  y que
NOS TENEMOS QUE HACER CARGO DE ESTAR ELIGIENDO.

Quizás alguno de mis sintomas te identifique:

Generaba Expectativas Idealizadas.

Era una persona aplastada por EXPECTATIVAS IDALIZADAS imposibles de satisfacer.

Los parámetros que me había colocado o eran demasiado altos de alcanzar o simplemente no los convertía en objetivos realistas a lograr sino imágenes angustiantes de lo que me faltaba, de lo que no tenía, de la felicidad que nunca tendría si no lograba exactamente esa expectativa, esa aspiración idealizada.

Todo logro se vuelve indigno de tan altas expectativas y ni siquiera te permite disfrutar lo que alcanzas con tanto esfuerzo.

Sensación generalizada de CULPA

Mi ego había construido estándares tan altos de autoexigencia que nada era suficiente para mí.

Ese personaje de mí mismo, tan inflado, me torturaba permanentemente ante cualquier logro diciendo siempre NO BASTA, NO ALCANZA.

Generando una sensación agobiante y generalizada de hacer y de haber hecho todo mal.

Era una persona QUEJOSA.

Gastaba enormes cantidades de energías en quejarme, sin darme cuenta lo inútil y lo paralizante que puede ser.

La queja es un mecanismo infantil que tiene sentido en el niño por su desprotección, para llamar la atención del adulto, por ejemplo el llanto. Pero en el adulto es un mero intento frustrado de volver a sentirse protegido como un niño…

Cuando en realidad el adulto no puede esperar la protección PRINCIPALMENTE de afuera, sino apoyado en sus propios recursos.

La queja no era lo peor, se puede caer más profundo, la AUTOCOMPASIÓN.

La queja no era lo peor, se puede caer más profundo, la AUTOCOMPASIÓN, allí me di cuenta que de algún modo me dividía en dos y de algún modo enfermo me tomaba en brazos a mi mismo para decirme:

“Pobrecito, eres tan desgraciado en todo lo que te sucede, yo soy el único que te entiende, me compadezco de ti”.

Aunque suene patético esto que hacía es lo que hace toda persona que se autocompadece, creando una cárcel donde los barrotes son sentir pena por mí mismo que termina paralizando el alma.

Todo ese clima emocional estaba amasado por el peor de los ingredientes la DRAMATIZACIÓN.

Una especie de visión trágica de la vida en dónde uno se coloca en el lugar del pobrecito víctima de las circunstancias fatales que le tocaron vivir.

Entonces como ese pobrecito no tiene la culpa de nada, todo el problema siempre está afuera:  en la realidad, en la circunstancias, en la falta de oportunidades, en el ser un talento desaprovechado, en los otros, etc.

También había desarrollado, como todo depresivo, INDEFENSIÓN APRENDIDA.

En un cuento Bucay explica que un elefante se había criado desde pequeño con una cadena que lo ataba a una pequeña estaca en el suelo.

Con el tiempo el elefante se convirtió en un formidable animal de varias toneladas de peso que con un simple gesto hubiera arrancado la estaca del piso o roto la pequeña cadena de antaño.

Sin embargo no lo hacía.

Había APRENDIDO que era IMPOSIBLE.

Y nunca había desafiado ese aprendizaje.

En la vida de todo depresivo hay muchos IMPOSIBLES APRENDIDOS, que hay que desafiar y desaprender.

Y muchas características más que serían largas de enumerar, más serían propias de un libro en el que pudiese reunir las experiencias propias de estos veinte años de estudios y superación.

Tomando mi experiencia de superación personal y la clínica terapéutica aplicada durante años en mis pacientes.

Desarrollé una terapia específica para la depresión basada en la libertad y en el acto específico de elegir.

¿Crees tener Depresión?

Dejo a tu disposición 3 test para que resuelvas GRATIS..!

Los resultados te los enviare por mail.

Ya son +20 años ayudando a personas como tú..

Testimonio de Nuria García Murcia

Venciendo al Vacío

 

Desde antes de llegar a la adolescencia ya comencé con problemas relacionados con la alimentación.
Tenía 12 años cuando vomité por primera vez,
Orgullosa de aquella decisión y convencida de que sería una técnica maravillosa para controlar mis ansias por comer sin ganar un gramo.
Bienvenida al mundo de la perfección con trampas….

Click para Leer testimonio completo (2 minutos de lectura)

No hacía daño a nadie ¿no?
Poco tiempo después comenzaría, humillantemente delatada y obligada por mis padres, mi periplo por las consultas de psicólogos y psiquiatras.
Entré en Sero y terapias cognitivo-conductuales, humanistas y Gestalt anduve danzando hasta que a los 27 años,
afincada en Madrid, una psiquiatra especializada en trastornos de la alimentación me pautó un tratamiento que no solo me quitó las ganas de vomitar, sino también las de hacer cualquier otra cosa más que no fuera dormir.

Aquí dato el primer gran paso para dejar de vomitar..
..pero la causa subyacente a todos mis problemas parecía intacta.
Ni el potente tratamiento ni la paciente psicóloga que indagaba en mis miedos pueriles desde una consulta de la capital española había conseguido erradicar el verdadero motivo de mis dolores más profundos.

Llegaron más años, nuevos trabajos, nuevas y devastadoras relaciones de pareja y otros divanes, algunos de lo más variopinto, pero nada cambiaba demasiado. Vale que algo importante para mi salud física había acabado, sin embargo me sentía igual de vacía, incompleta y decepcionada que cuando tenía 12 años.

A pesar de mi incapacidad mental para poner los asuntos más primarios de mi vida en orden siempre he sido muy curiosa con los temas de la vida e indagando encontré, sin entonces saberlo, la solución que siempre había añorado. Digo sin saberlo porque a los 34 años y después de más de 15 años en distintas consultas de psicología, esta servidora creía que ya no había enfoque que se me resistiera. Lo mío no tenía solución. Muy equivocada estaba.

En febrero de 2018, encontré en Internet un artículo de Pisque y Eros que llamó poderosamente mi atención.
Decidí escribirle a su creador, Eduardo Montoro, quien se presentaba de un modo innovador como psicólogo. Y llegó mi primera consulta con él, online, la primera en mi vida de esta tipología.

Creo que Eduardo no necesitó más de 20 minutos para calarme.
Lo que me dejaría caer en aquella primera sesión de valoración me caería como un jarro de agua helada pero qué importante fue aquella consulta en mi vida.
Aquella y todas y cada una de las que vinieron después, no solo consultas, además largas conversaciones por whatsapp, a cualquier hora en la que siempre tenía respuesta.

¿Era la primera persona que realmente deseaba ayudarme y confiaba en mí?
No, no lo era, y gracias a él pude saber que efectivamente había mucha gente dispuesta a ayudarme, sólo tenía que aprender a elegir desde un prisma más adecuado.
Pero lo más revelador, fue descubrir hechos tan sanadores como el amor con el que me crié, el amor que me brindó mi madre, mi familia, el dolor que alberga todo aquel que hace daño, que la soledad es sólo una actitud del que no aún ha aprendido a sentir la impronta de quienes te han dado amor y respeto, y de lo importante que es saber quién eres y cuidar a ese niño interior herido, reencontrarte con él, abrazarlo y comprenderlo.

Año y medio ha pasado desde aquella primera sesión con Eduardo y puedo afirmar sin equivocarme, que mi vida nunca más volverá a ser la misma.
En primer lugar, la relación con mi madre ha cambiado drásticamente, no hay rastro de aquella simbiosis
tóxica.

Para mi madre ahora soy lo que siente: una persona adulta e independiente.
Casi por arte de magia, no recuerdo momentos tristes de mi infancia, la miro con amor y así son los recuerdos que han despertado en mi mente.
He aprendido a perdonar mis errores y a no depender de cómo de graves son para los demás, sino para mí. He aprendido a coger estos errores, mirarlos de cara y quedarme con la lección.

También he aprendido a repetirlos por inercia y a volver al punto de partida donde hay paz y una vida repleta de placeres que están en uno mismo.
Queda mucho trabajo pero la principal batalla está ganada. Y cualquier duda, cualquier sospecha de afloramiento de temores pasados, cojo el móvil y le escribo a Eduardo quien en menos de 5 minutos ya me ha ayudado a solucionarlo.

No podría afirmar si ha sido la psicología o Eduardo quien ha cambiado mi vida, pero sí puedo asegurar, emocionada, que cualquier forma de pensar viciada se puede cambiar. Que todo en tu vida cambia, perderás amigos incluso, pero lo que ganas, esa paz, esa voz que dentro de ti te dice “Vamos, siempre hay esperanza” es la filosofía de vida más valiosa que el ser humano puede tener.

PSICÓLOGO ONLINE

SUPERACIÓN PERSONAL

nuestros clientes

NOS RECOMIENDAN

Nuria García Murcia

5 estrellas

Llevo años haciendo terapia y a pesar de que todas han aportado algo, con Eduardo he de admitir que mi vida ha cambiado radicalmente de forma favorable. Desde la primera sesión, nunca antes nadie me había dicho de forma tan clara cuál era mi «problema» y cuál la «solución»: encontrar esa narrativa interna y el amor que nunca había sido capaz de apreciar en los demás ni de experimentar. No ha sido fácil y todavía queda mucho por aprender, quizá toda la vida, pero tener una base sólida que te permita saber quién eres, es un regalo y un gran punto de partida que solo he conocido a través de este gran psicólogo. Altamente recomendable no solo para pacientes, incluso me atrevería a recomendarlo a psicólogos que deseen aprender una terapia efectiva y realista

 

Max Jungay

4 estrellas

Muy buena predisposición en la construcción individual e interactiva de soluciones «reales» a problemáticas puntuales; y desde diferente perspectivas que no incluyen meramente lo psicológico, sino también lo filosófico, antropológico, etc. Hasta el momento, una atención altamente recomendable.
Emilse Arrieta

5 estrellas

Excelente profesional que aplica tecnicas en terapia que te lleva a entender por donde vas a encontrarte…y hacia donde queres ir! Gracias eduardo no solo por tus conocimientos que compartis sino tambien por el ambiente tan agradable que creas al llegar a tu consultorio.

 

Mariu Inglese

5 estrellas

En comparación con otra terapia que realicé, lo recomiendo muchísimo ya que a parte de la objetividad aplica técnicas diferentes, con gran apertura y entendimiento de las emociones y pensamientos, con una sabiduría inigualable provocando un aprendizaje día a día a través de cada sesión.
contacto

ESPERAMOS TU MENSAJE

Tours in mendoza
X

¿Desde dónde
nos escribes?

Tours in mendoza USA
Reservar cita GolpeDigital