La depresión, una enfermedad muy frecuente en el mundo de hoy, requiere un tratamiento y seguimiento médico intensivo. La mayoría de las personas responde bien a la medicación pero deben estar atentos porque algunos individuos continúan experimentando síntomas como el insomnio, la tristeza y la falta de concentración, concluyó una nueva investigación.
“Nuestros hallazgos sugieren que el uso de técnicas para identificar y tratar los síntomas residuales de la depresión es esencial para que los pacientes retomen su vida normal y se recuperen a largo plazo de la depresión”, dijo Madhukar Trivedi, del Centro Médico de UT Southwestern (Estados Unidos).
LA DEPRESIÓN
Según la Organización Mundial de la Salud la depresión es la principal causa de incapacidad a nivel mundial, afectando actualmente a 121 millones de personas. Sin embargo, solo el 25% de ellos cuenta con el tratamiento médico adecuado.
Esta patología se caracteriza por la tristeza, la incapacidad para sentir placer, la baja autoestima y el sentimiento de culpa. Este trastorno psiquiátrico es muy severo y afecta todas las esferas de la vida de una persona, incluyendo el entorno familiar, laboral y social. Además, incrementa el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca, diabetes, asma y obesidad.
El tratamiento habitual consiste en fármacos antidepresivos y en terapia psicológica.
TRATAMIENTOS COMPLETOS
Los investigadores trabajaron durante seis años con más de 4.000 personas que sufrían de depresión. Analizaron muchos síntomas asociados a esta patología antes y después del uso de fármacos como parte del tratamiento contra este mal.
Y resultó que los síntomas residuales, es decir aquellos que persistían aunque el tratamiento fuera exitoso, afectaban a muchos de los voluntarios. Todos los participantes comentaron que sufrían entre 3 y 13 de estas afecciones, y el 75% de ellos desarrolló cinco o más.
Entre los síntomas más habituales estaban el insomnio, la tristeza, la falta de concentración y la dificultad para tomar decisiones. Por el contrario, los pensamientos suicidas fueron hábilmente combatidos ya que la terapia barrió con ellos casi por completo.
“El uso de la medicación, aunque funcionó bien de manera general, no logró tan buenos resultados con estos síntomas. Si los pacientes tienen síntomas residuales persistentes están en alto peligro de no curarse completamente”, dijo Shawn McClintock, uno de los autores.
Autor: Eduardo Montoro
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.