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No vea este video a la pasada, estimado lector del blog. Tómese su tiempo, busque su sillón favorito, si le gusta el Whisky es el momento de ponerle un par de medidas al vaso, hielo a gusto…. y después a disfrutar… son 20 minutos sin absolutamente ningún tipo de desperdicio.
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.
Muy bueno. En primer lugar, por las dotes del orador para transmitir su mensaje, algo que siempre me ha sorprendido (bien) de los ingleses cultos. Por lo menos a nosotros que estamos acostumbrados a la clase aburridísima de la universidad argentina, nos pueden (casi) convencer de cualquier cosa.
En segundo lugar, es muy válido por poner en duda el tótem de la educación moderna y su predilección por las ciencias positivas y «útiles», en detrimento de los saberes «honestos», como las artes.
Pero, creo, se queda ahí, sin llegar hasta la importancia de la especulación teorética en sí misma. El saber por el saber mismo, es algo que, aparentemente, no concibe Sir Kevin. Es más, de alguna forma, reclama la educación artística por razones «utilitarias», i. e. para desarrollar nuestro costado innovador, nuestra inteligencia creativa, para «el futuro» de la humanidad.
El problema es que sin el desarrollo de la sabiduría en sentido clásico, no sabremos qué hacernos con nuestra «creatividad». Los que hicieron la bomba atómica eran realmente muy creativos.
Estoy de acuerdo que la conferencia no tiene posición alguna respecto del saber teorético. Estoy de acuerdo que es una carencia. Estoy de acuerdo con el hecho que es necesaria la contemplación teorética total para que exista un punto de referencia total sobre la totalidad de la realidad, que llamamos filosofía, y en su apropiación subjetiva, la sabiduría. No me es muy claro que sea contrario a tal cosa, tal vez es una mera carencia. Lo que sí dice es que el paradigma entroniza al académico, y a su estilo de vida, en el ápice del tejido social, y que tal jerarquización, en cuanto criterio inconsciente del paradigma, que lo coloca como arquetipo del ordenamiento social termina perjudicando dialécticamente a otros estilos de vida, que podrían ser valorizados en su singularidad, desde un paradigma no dialéctico. Algo así como el paradigma dialéctico que se engendra en el catolicismo cuando se pone la pregunta ¿cuál es el estado de vida más perfecto?, se intenta responder tal pregunta en sede absoluta, y, después, por lo general, desde la contemplación de tal arquetipo se intentan articular consecuencias prácticas…. Un verdadero desastre.
Le hago una pregunta Coronel, usted que está tan imbuido en la cultura anglosajona, ¿conoce algún curso de oratoria a la Inglesa, donde se pueda al menos las generalidades de cómo hablar como este tipo?
P&E: No digo que se oponga, digo que hasta ahí llega.
Una diferencia importante, al menos en el sistema educativo argentino (y me parece que hispano todo), es que el modelo no es el académico (excepto en carreras muy «teóricas»), sino el «profesional» exitoso (el empresario, el financista, el médico/odontólogo/psicólogo/contador/arquitecto/… que se llena de plata, etc.). Y esto, quizá, nos coloca un escalón por debajo del mundo anglo o el mundo germano (con su culto del Herr Doktor Professor).
Concuerdo en lo del paradigma dialéctico del catolicismo. Tema interesante.
Respecto a su pregunta, el problema es que los ingleses (y los yanquis cultos) no aprenden oratoria en cursos, sino en teatro, coro, sociedades de debates, en las clases de Biblia, etc. a los que asisten desde niños. Además, por «imitación» del profesor tipo «Sociedad de los Poetas Muertos», que, en el mundo anglo, son mucho más comunes que lo que esa película parece sugerir.
Luego está el tema del humor autocrítico y el manejo de la ironía, en que los ingleses son maestros (y los yanquis cultos intentan imitar). La ironía fina (a la inglesa, muy distinta del sarcasmo) es quizá la forma en que los ingleses tienen para sobrevivir a lo políticamente correcto (o, a su antepasado, la moral victoriana). El humor focalizado en uno mismo, reírse de uno, es algo muy British, y les permite decir cualquier barbaridad sin que nadie se sienta insultado. Es todo un arte.
bueno, entonces, lo único que me queda entonces es mirar este estilo tratar de identificar sus articulaciones, y como me salga ver si en algo es imitable…
En este video redondea un poco más la idea:
http://youtu.be/Z78aaeJR8no