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Reproduzco aquí una nota del blog Prensa Católica que me parece importante:
Ante el problema de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, el Papa ha pedido claridad. Es lo que pretenden conseguir estos sacerdotes psicólogos con el libro “La Iglesia y la Pedofilia: Una herida abierta”.
P. Hans Zollner y P. Giovanni Cucci son co-autores de “La Iglesia y al Pedofilia: Una herida abierta” (Chiesa e pedofilia. Una ferita aperta.)
P. Hans Zollner “Quisimos conocer mejor este problema y sobre todo ver de cerca qué dicen los psiquiatras, y los psicólogos. Profundizamos en este tema y escribimos este libro”.
P. Giovanni Cucci “Este libro pretende ayudar a los sacerdotes a saber comunicar los problemas y a ser conscientes de la relevancia pública que un sacerdote tiene”.
Estos dos sacerdotes son psicólogos, por lo que han podido estudiar lo ocurrido desde un punto de vista tanto religioso como psicológico.
P. Giovanni Cucci “Existe un gran problema y es que hay muy pocos estudios psicológicos sobre este tema. Hemos llamado la atención también sobre esto. No ha habido casi investigaciones psiquiátricas o psicológicas al respecto, por miedo a etiquetar o a discriminar a las personas”.
La obra no sólo profundiza en el problema de los sacerdotes que han cometido abusos, sino que también presenta soluciones.
P. Hans Zollner “Queremos enseñar a los formadores de seminarios y de noviciados, a reconocer los signos que indican la posibilidad de que en el futuro ese sacerdote, o aspirante al sacerdocio, desarrolle una patología”.
P. Giovanni Cucci “Si una persona presenta uno de estos signos no significa que sea pedófilo. Significa que se debe poner especial atención. Quizás no caiga en la pedofilia, pero puede ser un sacerdote que no sabe escuchar, que no es capaz de darse al otro, de servir a los más necesitados. Un sacerdote centrado en sí mismo”.
Algunos síntomas que los formadores deben tener en cuenta son el concepto que tienen del poder y el uso que hacen de él o la relación con los adultos. Al no ser capaz de relacionarse de manera normal con personas de su misma edad, podría intentar llenar ese vacío abusando de niños. Se trata de una grave patología que puede ser detectada y en algunos casos reconducida si los formadores saben dónde y cómo preguntar a los futuros sacerdotes. Algo que estos dos psicólogos y profesores de la Pontificia Universidad Gregoriana llevan haciendo muchos años y que han recogido en este libro.
En realidad lo más interesante son los síntomas que señala el comentario y la última frase de Cucci:
- «el concepto que tienen del poder y el uso que hacen de él», no podía ser más central el síntoma. El poder es psicopatizante si no es ejercido con un enorme equilibrio. Días atrás discutía con un profesor de Psicopatología sobre la característica fundante del psicópata. Esta discusión surgió a raíz de que los perfiles del psicópata son muy variados, con multitud de síntomas y muy difícil de determinar o de ordenar en la propia cabeza el «síntoma esencial» en torno al cual los demás síntomas se estructuran. En mi opinión, tal síntoma esencial, no es la impulsividad, ni la actuación de los propios deseos, sino el ser tullidos morales, la incapacidad de encontrar empáticamente en el otro un límite de los propios actos. Algunos nacen amputados de este sentido empático respecto del bien del otro y son los grandes asesinos que conocemos. Otros se hacen a sí mismos psicópatas y el instrumento con el que se tallan es el poder. El poder otorga la justificación perfecta para pisotear y mancillar al otro: «la defensa del bien común». Si habré visto atrocidades justificadas por el «bien común»: mentiras, robos, difamación, apretadas… Si habré visto buenos tipos psicopatizarse cuando son puestos en lugares de poder como «superiores» y con un concepto de poder impuesto sociopáticamente desde arriba. Pero dejemos de lado la vida religiosa, pensemos en el cura de parroquia más o menos ortodoxo casi siempre, salvo honrosas excepciones, se vuelve «patrón de estancia». Sí, acertadísima la mirada de los autores, el poder es algo central también para este tipo de dificultades y si no miren la lista de fundadores neoconservadores (=concepto de poder de patrón de estancia) con este problemita…
- «la relación con los adultos», que nunca es una relación de adultos, se colocan a sí mismos en un plano de asimetría que hace la comunicación imposible. Simplemente porque ellos mismos no se ponen en juego se sitúan en el lugar de «observadores absolutos», mónadas leibnizianas intangibles e inmutables y esto en realidad porque carecen de la humildad esencial de poner como presupuesto de la comunicación humana las propias miserias en el juego intercomunicacional con el otro. Como le decía a Wanderer hace un tiempo la humildad «dicitur conservatio et fundamentum aliarum virtutum in esse suo» dice Tomaso. Sin humildad todo se disloca, con humildad todo vuelve a su lugar o al menos está en la dirección correcta. La humildad hace posible la comunicación humana, y esto no es una frase para tarjetita de navidad, nadie puede hablar con alguien que se pone en el lugar de Dios, a menos que sea Dios. Cualquiera que haya pretendido comunicarse con alguien que se sienta en el monte y juzga desde una «objetividad absoluta», y desde allí nos dice lo que deberíamos hacer, abarcando inclusive la posibilidad de que él mismo esté equivocado, sabrá de lo que hablo. Me he topado en mi vida con varios de estos y jamás reconocen sinceramente y con dolor que se han equivocado, si lo hacen es por pura estrategia. Quien haya experimentado lo que estos personajes provocan me entenderá, seguramente habrá sentido el gélido escalofrío de no estar comunicando con nadie. Seguramente lo ha penetrado el escalofriante terror de no tener más opción que el «decir objetivo» del otro. ¿Y por qué? Porque ese otro ha destruido el fundamento de toda comunicación humana: el cálido reaseguro de estar delante de un próximo, de un falible como yo, que admitiendo y comenzando por su falibilidad, hace el diálogo posible, diálogo que no es más que un reconocer que “estamos en la misma”, que hoy yo te levanto pero que mañana muy probablemente será tu turno de hacer lo mismo conmigo. Toda esta reflexión no es teórica pura, parte de haber escuchado varios energúmenos queriéndote enseñar lo que uno debería hacer «aun en el caso que el superior estuviese equivocado». Alguien que se sitúa de ese modo frente al prójimo es incapaz, desde todo punto de vista, de mantener una relación adulta.
- «Al no ser capaz de relacionarse de manera normal con personas de su misma edad, podría intentar llenar ese vacío abusando de niños», en realidad llena el vacío ABUSANDO, de niños y hacerlo sexualmente es una especificación en una dirección de esa gran tendencia psicópata que es el abusar. Hay muchos modos de abusar, abuso de conciencia, de los bienes, del tiempo, etc. La pedofilia es el caso más chocante, pero abusadores podemos encontrar de todos los colores y son un club muy variopinto. Lewis, en el discurso final del Diablo, en las Cartas del Diablo a su sobrino, concibe la relación entre los diablos como el que tiene más poder deglute al que está abajo, lo contiene en su aparato digestivo angelical, sin poder llegar a asimilarlo de un modo total porque la ontología del deglutido se resiste. Eso es el abuso querer «comerse» al otro… sin ninguna alusión la acepción vulgar del término… que seguramente tendrá también en estas realidades su origen semántico.
- «puede ser un sacerdote que no sabe escuchar, que no es capaz de darse al otro, de servir a los más necesitados. Un sacerdote centrado en sí mismo.» Con esto no los aburro, el diagnóstico no podría ser más preciso, en el fondo de todo: narcisismo, narcisismo, narcisismo, narcisismo, narcisismo, narcisismo, narcisismo, narcisismo, narcisismo, narcisismo, narcisismo, narcisismo, narcisismo, narcisismo, narcisismo….
PD: Por favor si alguien consigue el libro o tiene un modo de conseguirlo hágame saber, lo quiero leer lo antes posible, por ahora sé que está en Italiano, no sé si hay traducción al español, per me in Italiano va bene
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.
Fui a la libraria del Seminario de la Arquidiocesis y todavía no ha llegado este libro. Es demasiado reciente y estan esperando por la traduccion al Ingles.
Hay que conseguirlo en Italiano, mejor porque lo escribieron en esa lengua….
Tarde como los bomberos! (con perdón de esta repetable gente) Resulta que ahora «se han dado cuenta» de esots casos… tarde para una cacería de brujas que no existirá…hay que empezar por la curia y seguir por el episcopado y no creo que haya ni el coraje (por no decir otra cosa) ni las ganas de hacerlo
No tan tarde Lucho, nunca es tarde cuando en realidad el camino es en ascenso. Lo que ya se arruinó y que se pudo hacer en otro momento y no se hizo… ya está… pertenece al pasado. Es un camino que estén indicando con precisión el síntoma y dando un buen diagnóstico, esto abre espacios de discusión donde antes no existían… ya alguien lo dijo y hay que tomar posición frente a lo dicho…
Da escalofríos pensar que este no es un problema «moderno» sino que simplemente ha sido posible conocerlo en los tiempos modernos… da escalofríos…
P&E:
Hace tiempo que vengo pensando en el peligro del «maquiavelismo del bien común». Y en la curiosa utilización de la crítica al personalismo como cobertura de toda clase de abusos de poder político y religioso. Pero no había pensado en el posible aspecto psicopatógeno (si existe la palabra) que encierra el «maquiavelismo del bien común».
Lo felicito por las consideraciones que añade. Se aprende mucho leyendo su blog.
Cordiales saludos.
El maquiavelismo del bien común no es otra que la más maquiavélica de las doctrinas «el fin justifica los medios».
Está muy bien usada la palabra y me suena muy familiar por lo que casi seguramente existe, pero acordate que el poder es el psicopatogenizante primordial, lo del bien común es la teoría de la cual se sirve para hacer uso, la mascarada digamos.
Realmente muy interesante e instructivo el post. Como dice Pablo ¡Se aprende!
CP
Estimado P&E:
Sí, coincido, es el poder el que tiene una virtualidad corruptora y patógena. Las teorías son simple cobertura.
Nunca logré saber si en el XYZ se llegó a hacer un uso inmoral y patógeno del «antipersonalismo» de Meinvielle, transpuesto al orden institucional y eclesial, aunque tengo una ligera sospecha… Y creo que hay textos de Castellani en los que se puede fundar un sano «personalismo» (no liberal, ni maritaineano), que además sirven de antídoto para la deriva enfermiza.
Quede claro que no voy contra la doctrina de la «primacía del bien común contra los personalistas».
Cordiales saludos.
Yo creo que en la Iglesia toda, globalmente considerada, desde sus inicios, a raíz de la enorme fuerza cultural del ‘mundo’, jamás se desprendió del todo de un ejercicio de poder que era el corriente entre los hombres hasta nuestros días. No necesitamos leer ni Meinvielle, ni Castellani, ni Maritain, hubiera bastado con el evangelio y aun hoy basta con el evangelio (Mateo: 20, 20-28): En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?». Ella respondió: «Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino». Pero Jesús replicó: «No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?». Ellos contestaron: «Sí podemos». Y Él les dijo: «Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado». Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos». Los discípulos querían poder y en la historia de la iglesia, globalmente considerada, es decir sacando honrosas excepciones, el «que no sea así entre ustedes» cayó en saco roto. Gracias a Dios esas honrosas excepciones son las que nos dan el aliento de decir «es posible»…
No tenés una idea Pablo de toda la saludable doctrina sicológica y humana que hay contenida en este versículo: «El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo». Hasta hoy ha sido considerada por los poderosos como nada más que pías reflexiones. A la luz de la antropología dinámica y psicológica de la modernidad son el non plus ultra de la única posibilidad del ejercicio sano del poder….
«…cayó en saco roto»
Hay circulos intelectualosos en donde cae en saco roto lo que no venga firmado por alguien «del palo», cuando por amor al Evangelio,-a la verdad al menos- estaría bueno andar mas ligeros de equipaje…
Algo similar a cuando los jóvenes aceptan todo mientras no venga recomendado por los padres…
P&E:
Es que decir que la autoridad es servicio, a algunos les debe sonar cosa progre, o vaticanosegundista, y no es así. La autoridad en la Iglesia está para servir, no para tener súbditos serviles, tampoco para envilecerlos en su ser (si se me admite el juego de palabras).
Cordiales saludos.
Sí, pero los enfermos son un filtro que sólo atraen enfermos que cubren sus necesidades…
P&E:
He notado que ciertos sujetos tienen una forma cualificada de conocimiento, una cierta connaturalidad, en vincularse con otros que luego terminan siendo sus damnificados. Además de la psicología, en algunos casos horrendos, pienso que es posible alguna explicación preternatural complementaria para ciertas habilidades predatorias.
Cordiales saludos.
Donde hay una habilidad se intensifica la sensibilidad para la ejecución de tal habilidad. El psicópata tiene la habilidad-deformidad de obtener lo que quiere a pesar y por encima de quien sea… por ello desarrolla una percepción finísima para resolver todo obstáculo que se opone a sus fines, uno de los obstáculos pueden ser los demás, de allí que también tienen una capacidad enorme de captar las expectativas ajenas, por eso te va a decir exactamente lo que querés escuchar y de esa forma va a poder manipularte, generando una falsa empatía… haciéndote sentir muy cómodo con él, como la víbora que hipnotiza al ratón… para comérselo.
¿Preternatural? no diría… impresionantemente psicopática….. sí.
Estimados amigos:
La Editorial Guadalupe lanzará el libro «Chiesa e pedofilia. Una ferita aperta.» dentro de unas semanas. La traducción del nombre será «Pedofilia una herida abierta en la Iglesia». Lo podrán conseguir en cualquier librería o en http://www.libreriaguadalupe.com.ar
De todas formas, invito a los interesados a que nos envien sus direcciones de e-mail, para que podamos avisarles del lanzamiento oficial y, por qué no, invitarlos a participar del mismo. (pueden enviarlas a: ventas@editorialguadalupe.com.ar)
Un saludo grande
Editorial Guadalupe
Cual es el límite entre lo preternatural y la conducta psicopática entonces?
Hace poco asistí a un debate acerca de si los psiquiatras son los indicados para descartar la influencia demoníaca, o es el exorcista quien debe determinarlo.
Qué puedes aportar,Psique?
Cualquiera puede determinarlo, tanto el psiquiatra como el exorcista, mientras no hayan manifestaciones «puramente» preternaturales (conocimiento de cosas ocultas, lenguas que no se hablan, aversión a cosas sagradas que no se declaran como tales, etc.) no hay que multiplicar inútilmente hipótesis. Basta con la psicopatía para explicarlo.
Mientras Satanás respete tu encuadre…todo bien, Psique!
No me sirven las ironías, porque versan sobre la relación descalificando al partner del díalogo, me sirven las refutaciones, que versan sobre el contenido, ahí sí tengo oportunidad de aprender…
No fue ironía, por lo menos desde mí.
De ud. espero aprender, dada su calificación profesional, Psique.
Jamás podría descalificarlo!
En mi afirmación hubo una pregunta implícita:¿qué pasaría si Satanás no respeta este encuadre, cuando se trata de determinar si es o no influencia, obsesión, posesión..?
Sí fue una humorada, para señalar que el espíritu del Mal estaría presente -necesariamente -, en las personalidades sicopáticas.
Cosifican al otro en su provecho, en las antípodas del amor al prójimo…y no son enfermos, vaya!
Y entonces, siendo esto así, no habría que hacerse demasiadas ilusiones con que el nombrado respete un encuadre según el cual, no existiendo determinadas manifestaciones , habría de descartarse su horrenda presencia.
Sin contar que siendo el padre de la mentira, puede simular hasta transformarse en angel de Luz.
A esta altura no le pediría consideraciones.
El sicópata no es un sujeto moral, o sí?
El Antiguo ritual Romano, no se si está vigente: «en primer lugar no crea fácilmente que alguien sea atacado por el demonio»; exigía signos evidentes, tales como: «hablar una lengua desconocida por medio de muchas palabras, o entender al que lo habla, descubrir cosas distantes y ocultas, exhibir una fuerza superior a la situación natural de su edad o de su condición; y otras cosas de esta especie».
Para entender un poco mejor todo este asunto; si todo poder es patogénico ¿qué es lo que ‘impide’ el abuso en otras relaciones donde hay poder? ¿Es el amor (como amistad y como sentimiento)?
Pensaba que en las familias el padre o los padres tienen poder sobre los hijos, pero no abusan de ellos. (hablando de lo normal)
Lo mismo los maestros.
Por eso vuelvo a la pregunta, ¿es el amor lo que ‘impide’ el abuso?
En Ética hago lo posible por mostrar las relaciones de la templanza y la fortaleza con la justicia. Empecé a hablar de estos temas por el acoso y abuso laboral, etc Cultivar la templanza y la fortaleza para servir a la justicia; y la justicia para pensar en al otro, etc
Pero pareciera que en otros ámbitos no se piensa en la justicia, como pasa en muchos grupos , se piensa en el grupo tergiversando el tema del bien común.
Así que, por lo menos desde un punto de vista ético, la justicia y la amistad algo tienen que ver . Pero no sé como ves el asunto desde lo psicológico.
Gracias por tu respuesta.
Está muy bien la distinción que hacés, Beatríz, las afirmaciones en el comentario pueden sonar un tanto absolutas y me das la ocasión de matizar un poco.
En primer lugar no hay nada que sea de por sí patogénicamente absoluto, es decir que nada puede, en virtud de sí mismo, forzar la libertad del hombre a que actúe en una dirección determinada.
Llamamos patogénico a lo que en la mayoría de los casos, con ocasión de la aparición de ese elemento, conduce a una patología.
Ahora que me hacés pensar, sí, es el amor lo que te hace respetar al otro como límite, aún si ese amor se reviste del límite mínimo que llamamos justicia.
Pero el amor sin contacto, sin conocimiento directo, sin compromiso en una relación es mucho más difícil. Toda nuestra conciencia de pertenencia al grupo de personas con las que entramos en contacto de un modo cotidiano nos sofrena y convierte nuestro poder en servicio como pide el evangelio. Sobre todo cuando hay vínculo en la relación…
Cuando el lugar de poder se vuelve más impersonal el poder mismo es más sugestivo, más tentador… Pensá en las personas que ocupan altos cargos en la Iglesia, en la política, etc. Obispos sanos conocí uno…. y nada más… Políticos… ninguno. Más se escala en el poder y mayor es la tentación…
Muchas gracias.
Claro, sería que tanto en el amor como en la justicia me importa el otro.
Me serviría igual que a Cande una aclaración sobre estos conceptos: ‘amor’, ‘vínculo’, etc. Porque pareciera que ‘vínculo le agrega o aclara sobre el amor.
A mí me parece, no sé, que relación es más amplio. Al final entre abusador y abusado, relación hay…
Otra cosa que a lo mejor facilita los abusos paradójicamente, entonces: hay personas que pertenecen a grupos y los ven como su flia, su iglesia y su Estado. Como si el grupo absorbiera todas las relaciones y vínculos posibles que puede tener el ser humano. Y además con eso supuestamente «arreglan» falencias de sus grupos naturales. …
Un pedido de aclaración: para mí, relación y vínculo venía a ser más o menos lo mismo, pero vos decís: «sobre todo cuando hay vínculo en la relación? ¿Podrías ampliar un poco?
En alguna parte de “ de Tomas a Kierq”, que no me voy a poner a buscar ahora para citar textualmente, Castellani dice algo así como que el grado de violencia o poder que uno puede ejercer sobre otro es proporcional al amor que le tenga a ese otro.
Sito el “argumento de autoridad”, solo para apoyar la idea que formulan y que creo da en el punto justo. Y seguro da para explayarse un poco.
Cande y Beatriz, la mayoría de las veces relación y vínculo significan la misma cosa. Pero ambas palabras tienen matices distintos el DRAE define relación como conexión o correspondencia, sin embargo define vínculo como unión o atadura. Pensando inconscientemente en esa distinción semántica es que usé relación y vínculo de modo diverso, el vínculo es una relación que implica cierta unión o atadura, es decir, cierto compromiso.
Y sí Gabi… el amor da un poder enorme, da el poder de penetrar en la identidad del otro… pero en el momento que se deja de usar con amor ese poder se pasa de hacer crecer al otro a que sea digerido por nuestra ansia de poder…
El libro «Pedofilia, una herida abierta en la Iglesia» ya esta disponible en nuestra libreria de Julian Alvarez y Mansilla.
Por cualquier duda o consulta llamar al 4826-8587.
Un fuerte abrazo,
Editorial Guadalupe