LA INFLUENCIA DE LAS HORMONAS
En el pasado, se creía que las hormonas sólo afectaban al cuerpo y no al cerebro. Hoy en día se sabe que son las responsables de la estructura cerebral incluso antes del nacimiento, dictando nuestro pensamiento y conducta. La testosterona en los chicos adolescentes es de 15 a 20 veces más alta que en las chicas y el cerebro es el responsable de controlar estos altos niveles tal y como el cuerpo requiere.
En la pubertad, la testosterona se dispara en el cuerpo del adolescente, haciendo que el crecimiento sea más pronunciado y dotándole con un 15 por ciento más de grasa y un 45 por ciento de proteínas. Cuando se convierte en adolescente, su cuerpo adopta los cambios necesarios para su trabajo de máquina cazadora. Los chicos suelen sobresalir en deportes porque sus cuerpos están hormonalmente dotados para respirar eficientemente y poseen una excelente distribución de oxígeno a través de los leucocitos de la sangre que les permite correr, saltar y realizar cualquier ejercicio físico. Los esteroides son hormonas masculinas que crean masa muscular y proporcionan al atleta habilidades de «caza» adicionales y una ventaja notable sobre quienes no toman esta hormona.
Las hormonas femeninas tienen un efecto diferente en las adolescentes. No están reguladas como las hormonas masculinas sino que aparecen en ciclos de 28 días y pueden causar grandes estragos en el carácter de muchas chicas y mujeres debido a las sensaciones que experimentan. Las hormonas femeninas cambian el cuerpo de una chica al aportarle un 26 por ciento de grasa y un 20 por ciento de proteínas, para frustración de todas las mujeres. El objetivo de la grasa adicional es aportar energía extra para amamantar a los hijos y también es una reserva para tiempos de escasa alimentación. Las hormonas femeninas engordan el cuerpo y, por eso, las mujeres tienden a ser más voluminosas, mientras que las hormonas masculinas reducen la grasa y crean músculo.