EL CAZADOR EN ACCIÓN
La capacidad espacial se podría definir como la habilidad para representar en la mente formas, dimensiones, coordenadas, proporciones, movimiento y geografía. Asimismo, incluye la destreza para imaginarse un objeto rotando en el espacio, orientarse en un lugar que presenta múltiples obstáculos y observar las cosas en una perspectiva tridimensional. El objetivo de esta facultad es calcular el movimiento de un blanco para poder decidir cómo atacarle.
Camilla Benbow, profesora de psicología en la Iowa State University llevó a cabo escáners cerebrales de más de un millón de niños y niñas con el fin de estudiar su habilidad espacial y en sus resultados subrayaba las diferencias entre los sexos que hemos mencionado en el libro, cuando los niños contaban sólo con cuatro años de edad. La doctora afirmó que mientras que las niñas tienen excelentes capacidades para visualizar los objetos en dos dimensiones, los niños lo pueden hacer en tres, lo que les aporta profundidad. En las pruebas de observación de objetos tridimensionales en vídeo, los niños superaron al sexo contrario con un resultado de cuatro a uno y, casi siempre, las niñas que habían obtenido mejor puntuación eran desbancadas por los niños que habían recibido las puntuaciones más bajas.
Localización de la zona visual-espacial en el sexo masculino
En los hombres, esta función específica se encuentra localizada al menos en cuatro zonas de la parte frontal del hemisferio derecho.
Las mujeres, al carecer de zonas localizadas, no suelen destacarse en estas habilidades porque no disfrutan al ponerlas en práctica, no les gusta realizar pasatiempos que estén relacionados ni les gustaría trabajar en algo que requiriese dicha habilidad.
Tanto los niños como los hombres, al poseer zonas cerebrales localizadas, suelen sobresalir en las actividades en las que se tienen que emplear estas facultades y les gustan las profesiones que están relacionadas con ellas como, por ejemplo, los deportes. Recurren a esta zona cerebral para resolver la mayoría de sus problemas. Es lógico que la habilidad espacial no sea el punto fuerte en las mujeres porque nunca tuvieron necesidad de cazar animales o encontrar el camino de vuelta a casa. Por esta razón, hoy en día no se les da demasiado bien mirar los mapas o las guías.
Es normal que las mujeres no tengan demasiadas habilidades
espaciales porque, aparte de hombres, nunca han cazado nada más.
Existen miles de estudios científicos que confirman la superioridad masculina en cuanto a habilidad espacial, un hecho que no resulta sorprendente, si se tiene en cuenta su evolución como cazador. Sin embargo, el hombre actual ya no tiene que cazar para sobrevivir y utiliza esta capacidad para jugar a golf; al ordenador, al fútbol, a los dardos o a cualquier deporte que tenga como objetivo perseguir o acertar en un blanco. A la mayoría de las mujeres les parece que jugar a los dardos es realmente aburrido, pero si contasen con una zona específica en el hemisferio cerebral derecho para jugar a este juego, además de disfrutar, seguro que ganarían.
Los hombres tienen tal obsesión por ver a otros hombres acertar con una pelota en un objetivo que muchas de las personas mejor pagadas del mundo son jugadores de golf, de fútbol, de baloncesto y de tenis. Hoy en día, no hay que tener una carrera universitaria para ganarse el respeto de los demás, simplemente hay que ser bueno para estimar la velocidad, la distancia, los ángulos y la dirección.