Los hombres se desarrollaron como guerreros, protectores y responsables de solventar los problemas que surgían en el hogar. Sus tendencias mentales y los condicionantes sociales les impedían mostrar temor o inseguridad. Por eso, si le pide a un hombre que solucione un problema, seguramente le dirá: «Déjamelo aquí» o «Ya pensaré en la solución» y eso es exactamente lo que hace, pensar en ello silenciosamente, con cara inexpresiva. Sólo hablará cuando tenga la respuesta y sea capaz de comunicarla. Hablan mentalmente porque no tienen la capacidad verbal de las mujeres para comunicarse. Cuando un hombre está mirando por la ventana pensativo, los escáners demuestran que mentalmente está manteniendo una conversación consigo mismo, pero la mujer, al observar al hombre mirando al infinito, asume que está cansado o aburrido e intenta hablar con él o mandarle hacer algo. En ese momento, el hombre se enfada porque le ha interrumpido. Claro, como hemos visto, no puede hacer dos cosas a la vez.
LAS DESVENTAJAS DE HABLAR PARA SÍ MISMOS
Si un hombre está con otro hombre, hablar mentalmente no constituye un problema, puesto que dos hombres pueden estar sentados en una reunión uno al lado del otro sin hablarse durante largo tiempo y sin que ninguno de los dos se sienta incómodo. Es como estar pescando. A los hombres también les gusta ir después del trabajo a tomarse tranquilos una copa. Sin embargo, si el hombre está en compañía femenina, las mujeres pensarán que tiene una actitud distante, que está enfadado o que no quiere unirse al grupo. Si los hombres quieren tener mejores relaciones con las mujeres tienen que aprender a comunicarse.
LAS MUJERES PIENSAN EN VOZ ALTA
«Mi mujer me vuelve loco cuando tiene algún problema o cuando me cuenta lo que va a hacer durante el día —dijo un hombre en uno de nuestros seminarios—. Siempre enumera en voz alta las opciones, las posibilidades, la gente involucrada, lo que tiene que hacer y a dónde va a ir. Es muy molesto. ¡No me deja concentrarme en nada!»
El cerebro femenino está estructurado para que el lenguaje sea su principal forma de expresión y ella sabe que se trata de uno de sus puntos fuertes. Si un hombre tiene que realizar cinco o seis tareas dirá: «Tengo que hacer varias cosas. Nos veremos luego». Una mujer hará un análisis pormenorizado sobre cada una de las tareas y barajará todas las opciones y posibilidades, pero sin seguir ningún tipo de orden. Un ejemplo podría ser: «A ver, tengo que ir a la lavandería y lavar el coche y, por cierto, Ray llamó y dijo que le llames, y luego tengo que ir a correos a recoger un paquete y, de camino, también podría…». Esta es una de las razones por la que los hombres acusan a las mujeres de hablar incesantemente.
LAS DESVENTAJAS DE HABLAR EN VOZ ALTA
Las mujeres creen que pensar en voz alta es una señal de simpatía y don de gentes, pero los hombres no comparten su opinión. A nivel personal, el hombre considera que la mujer le está avasallando con una lista de problemas que espera que él le resuelva y por eso se siente nervioso, triste o le intenta dar soluciones a toda costa. En una reunión de negocios, los hombres opinan de una mujer que piensa en voz alta que es un poco atolondrada, indisciplinada y poco inteligente. Para impresionar a los hombres, en una situación como la descrita, es esencial que la mujer guarde para sí sus pensamientos y que intervenga exclusivamente cuando tenga que expresar conclusiones. En las relaciones personales, la pareja debe discutir las distintas formas de solucionar los problemas. Los hombres tienen que entender que cuando una mujer habla, no espera que le den soluciones y las mujeres deben entender que cuando un hombre no habla, no es una señal de que algo vaya mal.