El sentido del gusto y del olfato también es superior en las mujeres. El cuerpo humano cuenta con más de 10.000 sensores del gusto que detectan, como mínimo, cuatro sabores principales: dulce o salado en la punta de la lengua, agrio en los lados y amargo al final. Investigadores japoneses están llevando a cabo estudios sobre un quinto sabor, el de la grasa. En las pruebas gustativas, los hombres obtuvieron mayor puntuación a la hora de distinguir los sabores salados y amargos, seguramente porque beben mucha cerveza, mientras que las mujeres obtuvieron más puntos en dis
cernir los sabores dulces de los azucarados, quizás porque son más adictas al chocolate que los hombres y también porque esta cualidad era importante en su papel de protectoras de sus hijos, al tener que asegurarse de que los frutos estaban maduros y eran dulces antes de dárselos a los bebés. Esta podría ser la respuesta al gusto de las mujeres por el chocolate y a que la mayoría de las gustadoras alimenticias sean mujeres.
ALGO INEXPLICABLE
El sentido olfativo también está más desarrollado en las mujeres, pero curiosamente éste se agudiza durante el período y dentro del ciclo menstrual, en que la mujer ovula. Durante esta fase, la mujer puede detectar las feromonas y el olor a almizcle segregado por los hombres, olores que sólo advierte inconscientemente. El cerebro femenino descifra el estado del sistema inmunológico de un hombre y, si es complementario o superior a su propio sistema, lo describirá como un ser atractivo o con «un magnetismo misterioso». En cambio, si su sistema inmunológico es superior ál del hombre, seguramente lo encontrará mucho menos atractivo.
Un fuerte sistema inmunológico puede hacer que un hombre resulte «inexplicablemente atractivo».
Los neurólogos han descubierto que el cerebro femenino puede analizar estas diferencias entre los sistemas inmunológicos a los tres segundos de conocer a alguien. Los sistemas inmunológicos complementarios suponen una ventaja para la descendencia ya que hereditariamente tendrán más posibilidades de supervivencia. Una de las consecuencias de este estudio ha sido el lanzamiento de innumerables aceites y pociones para hombres que afirman contener el secreto de la atracción de las feromonas, que vuelve locas de deseo a las mujeres.
Los roles que el hombre y la mujer han ido ejerciendo a lo largo de la evolución les han ido equipando biológicamente con las facultades
sensoriales necesarias para la supervivencia. Lo que tradicionalmente se ha denominado brujería, poderes sobrenaturales e intuición femenina ha sido estudiado científicamente y desde principios de los ochenta se sabe que se trata simplemente de una superioridad femenina en todos los sentidos de percepción. Las que llamaban brujas, eran mujeres que los hombres condenaron a muerte por no llegar a entender sus diferencias biológicas. Las mujeres demuestran mayor habilidad para percatarse de detalles minuciosos en los movimientos corporales, en los tonos vocales, y en muchos otros estímulos sensoriales. Muchas mujeres modernas son víctimas de su superioridad sensorial al ejercer de astrólogas, numerólogas y adivinas que auguran el futuro leyendo las cartas del tarot ofreciendo de esta forma una explicación de su intuición femenina a cambio de un dinero ganado trabajando duro. El refinado sistema sensorial femenino contribuye a la madurez precoz que experimentan las adolescentes. Cuando tienen diecisiete años, la mayoría de las chicas se comportan como adultos, mientras que los chicos siguen jugando en la piscina y haciendo competición de pedos.