ETIOPATOGENIA
La gravedad, frecuencia y polimorfismo de la esquizofrenia han originado a lo largo de la historia numerosas teorías que han intentado explicar su fisiopatología o sus génesis a veces, incluso, basándose en simples hechos aislados. Actualmente todavía se desconoce la fisiopatogenia que sustenta esta enfermedad, por otra parte no bien definida. En las líneas siguientes se expondrán algunas hipótesis y hallazgos más importantes: genéricos, ambientales y neurobiológicos.
GENÉTICA
Actualmente, uno de los campos en los que está surgiendo más producción científica dentro de este ámbito es el estudio de los genes, habiendo evidencias de que nuestro ADN influye a la hora de desarrollar una esquizofrenia. De tollos modos todavía se desconoce cómo se produce esta transmisión, quizá los genes actuarían de manera indirecta, siendo necesario tener una “predisposición» para la enfermedad, pero no siendo suficiente por sí mismos para desarrollarla.
El riesgo de tener esquizofrenia para los descendientes de un progenitor con esquizofrenia es del 13% y aumenta al 46% para los descendientes de ambos progenitores con esquizofrenia, siendo del 9^% para los hermanos, es decir, que los sujetos con un familiar que padece esquizofrenia tienen más posibilidades de desarrollarla. Otros estudios que han aportado información relevante dentro de este campo son los realizados con niños adoptados, llegando a diversas conclusiones los sujetos que han sido adoptados y tienen un progenitor biológico con esquizofrenia tienen una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad que los niños adoptados que no tenían un progenitor biológico con la enfermedad, los niños que tienen un progenitor biológico afectado de esquizofrenia tienen más probabilidades de tener problemas durante el desarrollo (problemas en la demarcación de límites, sentimientos de opresión y creación de conflictos) que aquellos que también son adoptados y no tienen ningún progenitor afectado y aquellos que presenten con más intensidad dichos problemas son los que tienen mayor probabilidad de ser diagnosticados de un trastorno del espectro psicótico.
Actualmente no queda claro qué cromosoma estaría más vinculado con la herencia de la predisposición a la enfermedad, de este modo se han relacionado cromosomas diversos: 1, 2, 5, 6, 8, 10, ll, 13, 15, 22 y X. Todo ello demuestra que es un conocimiento en expansión que todavía ha de aportar muchas respuestas.
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.