Hay dos tipos de soberbia intelectual (u omnipotencia como decimos los psicólogos). La soberbia por exceso y la soberbia por defecto. La soberbia por exceso de valoración de lo que se sabe, cuando se lo proyecta subrepticiamente sobre lo que se es. Es decir cuando sigilosamente cambiamos la regla última de valoración de nuestros méritos elevando el conocimiento al sancta sanctorum donde solo debe reinar la bondad. Esa es la que todos reconocemos fácilmente y estamos muy prontos a denunciar. Pero está también la soberbia por defecto de valoración de lo que el otro sabe y exceso de valoración de la propia ignorancia, es cuando el que sabe menos al sentirse amenazado por el que sabe más lo acusa de soberbio, a guisa de mecanismo de defensa, cuando comienza a quedar en evidencia su propia ignorancia. Esa es la soberbia (u omnipotencia) del mediocre que no reconoce su nivel inferior de conocimiento y pone a todo el mundo en una igualdad inemergente, en una igualdad de la cual él es la única medida y empareja el universo al minúsculo tamaño de su cabecita.
Mi nombre es Eduardo Montoro, soy del 68, estoy casado con Graciela y tengo un hijo, Juan Manuel.
Tengo un largo recorrido académico, definido por un amigo como el viaje de Frodo, no porque sea como Frodo, sino por las peripecias que tuve que pasar, algunas en Italia otras en Argentina. En ese viaje obtuve varios reconocimientos académicos:
• Licenciado en Psicologia, Universidad Católica de Cuyo.
• Master en Psicología de Counselling, Università Europea di Roma
• Profesor de Psicología, Universidad de Mendoza
• Licenciado en Filosofía Sistemática con orientación Lexicográfica, Pontificia Università Gregoriana
• Licenciado en Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Cuyo
• Y cuatro años de Teología, no acreditados oficialmente en ninguna universidad, pero que equivalen a una licencia.
Actualmente resido en San Juan, Argentina y mi hobby es salir a andar en moto en duro por los cerros sanjuaninos.
Pero lo que más me apasiona es ver crecer a las personas, superarse, en las más difíciles e inimaginables circunstancias.
a modo de ilustracion…
http://www.youtube.com/watch?v=gNt5hLLZDmc&feature=kp
http://www.youtube.com/watch?v=4MXXycwnj4w
Menos palabras técnicas y lenjuage rebuscado, se supone que es para dar claridad a los que tenemos dudas y no que nos den clases de cátedra, filosofías, y mucho menos lenguaje técnico, empecé leyendo esto y no entendí nada, para que seguir leyendo algo que ni ustedes mismos entiende, RECOMENDACION: cuando publiquen algo sean claros, precisos y contundentes
Su comentario no podría ser una más adecuada ejemplificación de lo que se dice en el artículo.
FUERA DEL POBRE NO HAY SALVACIÓN
por Fr. Santiago Agrelo. Arzobispo de Tánger, Marruecos.
Estaban allí, cerca del crucificado, subidos al árbol arrogante de la pureza, del saber y de la ley; estaban allí para despreciar desde su altura el dolor del humillado y alegrarse de su muerte; allí gritaban sarcasmos y burlas, pues la arrogancia instigaba a herir también con palabras a un hombre ya desgarrado por látigos, espinas y clavos.
Algunos fingen olvidar que allí estábamos todos: soldados y curiosos, jefes del pueblo y ladrones, letrados y sacerdotes.
Fuimos nosotros quienes pusimos en aquel día del mundo la noche más oscura del mal. Aquel lugar y aquel tiempo, sin el amor de aquel crucificado, sin su vida entregada y su perdón ofrecido, no serían más que un infierno, pura ausencia de piedad y ternura, de derecho y justicia, de corazón y de lágrimas.
En nombre de purezas, saberes y leyes, desterrándole a él de la vida, intentamos desterrar de la nuestra la misericordia y la compasión que aquel crucificado derrochaba con prostitutas y adúlteras, enfermos y endemoniados, publicanos y pecadores, excluidos y humillados, reconocidos por él como señores del sábado y huéspedes del corazón de Dios.
En nuestro pequeño y mísero mundo de elegidos, de guardianes que no buscadores de la verdad y de la fidelidad, los puros nos reservamos el derecho al sarcasmo y a la ira, al honor y a la recompensa, a juzgar y a condenar, a despreciar, injuriar y matar.
Pero en el día del Señor no me avalará la pureza, no me protegerá el saber, no me justificará la ley: sólo podrá salvarme aquel pobre crucificado al que ya no puedo dejar de amar y cuidar.
Hay algo claro en este artículo. Usted es un soberbio.
Efecto Dunning-Kruger
El efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo según el cual los individuos con escasa habilidad o conocimientos sufren de un sentimiento de superioridad ilusorio, considerándose más inteligentes que otras personas más preparadas, midiendo incorrectamente su habilidad por encima de lo real. Este sesgo se explica por una incapacidad metacognitiva del sujeto para reconocer su propia ineptitud. Por el contrario, los individuos altamente cualificados tienden a subestimar su competencia relativa, dando por sentado erróneamente que las tareas que son fáciles para ellos también son fáciles para otros.
David Dunning y Justin Kruger de la Universidad de Cornell concluyeron que: «La sobrevaloración del incompetente nace de la mala interpretación de la capacidad de uno mismo. La infravaloración del competente nace de la mala interpretación de la capacidad de los demás».
Propuesta
El fenómeno fue demostrado en una serie de experimentos realizados por Justin Kruger y David Dunning, de la Universidad de Cornell (Nueva York, EE. UU.). Sus resultados fueron publicados en el Journal of Personality and Social Psychology de diciembre de 1999.
Kruger y Dunning investigaron cierto número de estudios previos que tendían a sugerir que en diversas habilidades como la comprensión lectora, conducción de vehículos de motor y juegos como el ajedrez o el tenis, «La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento» (como dijo Charles Darwin3). Su hipótesis es que, en una habilidad típica que los humanos poseen en mayor o menor grado:
Los individuos incompetentes tienden a sobrestimar su propia habilidad.
Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer la habilidad de otros.
Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer su extrema insuficiencia.
Si pueden ser entrenados para mejorar sustancialmente su propio nivel de habilidad, estos individuos pueden reconocer y aceptar su falta de habilidades previa.
Los investigadores quisieron probar estas hipótesis en sujetos humanos, estudiantes de la universidad de Cornell, que estaban matriculados en varias carreras de psicología.
En una serie de estudios, Kruger y Dunning examinaron las autovaloraciones en razonamiento lógico, gramática y humor. Después de haberles mostrado las puntuaciones de sus tests, preguntaron a los sujetos su estimación sobre la posición obtenida en la clasificación, resultando que, mientras que el grupo de los competentes estimaba bastante bien su clasificación, los incompetentes sobreestimaban su posición. Como Dunning y Kruger dijeron:
Tras cuatro estudios, los autores encontraron que los participantes que puntuaron en el peor cuarto del total en las pruebas de humor, gramática y lógica, sobreestimaban con mucho su habilidad y su resultado en prueba. A pesar de que las puntuaciones de las pruebas los colocaban en el 12% peor, ellos se consideraban entre el 62 por ciento.
Mientras tanto, la gente con conocimiento real tiende a subestimar su competencia
buenas tardes! puede existir una persona soberbia con un corazón noble
No, en absoluto, de ninguna manera.