EL MARXISMO FRANCÉS REDEFINIÓ LA PERSONALIDAD EN FUNCIÓN DEL TRABAJO
La existencia de la Unión Soviética infundió confianza a los movimientos de liberación que luchaban por la independencia de los poderes imperialistas occidentales. En este mismo periodo la burocracia estalinista intentaba imponer sus propias reglas a los aliados que apoyaba estratégicamente. La existencia de sólidos partidos comunistas pro-soviéticos en distintas partes del mundo tendría sus ventajas e inconvenientes para los militantes y académicos de izquierdas. Las relaciones entre los poderes imperialistas y las antiguas colonias fueron
IAN PARKER
alteradas por la existencia de la Unión Soviética, la cual, pese a todos los esfuerzos burocráticos para mantener la situación bajo control, alentó las luchas contra el colonialismo.
El trabajo del psiquiatra radical Frantz Fanon es un ejemplo que viene al caso. Originario de Martinica, trabajó en Argelia al lado del movimiento de liberación contra la ocupación francesa y analizó los efectos de la colonización en lo que pasaría a ser el mundo «interior» de las personas colonizadas y las colonizadoras12.
El partido comunista francés, que estaba a instancias de los vaivenes de la burocracia soviética, llevó a cabo sus propias purgas y cazas de brujas de disidentes, aunque, a su vez, permitió transmitir algunas de las innovaciones procedentes de la Rusia revolucionaria y trabajarlas desde la teoría marxista. El trabajo de Lucien Séve y su reformulación de la «personalidad» es un ejemplo significativo13. Séve partía de la interpretación marxista de que no existe una «esencia» del ser humano susceptibe de ser fielmente representada y definida de manera perentoria por la psicología, sino que el ser humano era un «conjunto de relaciones sociales»14.
Así, la obra de los teóricos de la acción rusos era retomada y ampliada para comprender las relaciones entre la «personalidad» y el trabajo, y cómo la vida creativa de un trabajador en la sociedad capitalista quedaba alterada cuando era vendida al patrón15.