LA PSICOLOGÍA, PEOR SI CABE, DISTORSIONA Y REPRODUCE SU PROPIA VERSIÓN DE CHARLATANERÍA
Con el giro a la «espiritualidad», algunos psicólogos pretenden estar en mayor sintonía con lo que la gente quiere realmente, y de este modo alimentar el sentido de una carencia en la vida contemporánea. Pero con lo que se sintoniza en última instancia es con la desregulación neoliberal y la fragmentación de la vida colectiva, en la medida en que se recalca la responsabilidad personal que asimila el racismo a creencias dañinas y que convierte la experiencia de cada individuo en algo con lo que la psicología puede lucrarse.
IAN PARKER
Gracias a todo ello la disciplina mantiene una profesión que ha puesto todo su empeño en mostrar la superioridad de los valores y las formas de ser de las clases medias del mundo entero. El lema «¿Estás pensado lo mismo que pensamos nosotros?», utilizado por el Partido Conservador en la campaña de unas elecciones generales en Inglaterra, es suficientemente esclarecedor. Un lema que cabe considerar como una justificación para reciclar todas las formas de imágenes racistas de inmigrantes y refugiados, y para usar la estratagema que pretende que, al fin y al cabo, estuviera en lo cierto, porque a la hora de la verdad, y en secreto, todos pensamos este tipo de cosas de las que ya no se nos permite hablar. El lema, por tanto, funcionó en el trasfondo de una cultura profundamente psicologizada, en donde cada uno de los individuos opina que tiene pensamientos ocultos que idealmente sería saludable compartir con otras personas, aunque no sea siempre posible.
Los psicólogos profesionales protegen su estatus y no saben aún a qué acogerse cuando intentan proteger a otros, atrapados en la tarea imposible de procurar que su disciplina sea relevante para cualquiera, salvo para ellos mismos.